El estudio de televisión era más pequeño de lo que Valeria había imaginado. Dos sillones color crema frente a cámaras negras que parecían ojos gigantes. Luces LED que zumbaban suavemente. El aire acondicionado demasiado frío.
Valeria se sentó en el sillón, ajustando la falda de su traje, que había elegido para esa entrevista. Profesional. Seria. Confiable.
Mónica Herrera estaba detrás de las cámaras, con los brazos cruzados, asintiendo con aprobación. A su lado, Ruiz observaba desde su tablet, conectado remotamente.
La periodista, Laura Mendieta, se acomodó en el sillón frente a ella. Cincuenta y tantos años, cabello corto plateado, expresión neutral pero no hostil. Periodismo serio. Eso era lo que necesitaban.
—¿Lista? —preguntó Laura.
Valeria asintió, aunque sentía el pulso acelerado en las sienes, el sudor frío en las palmas de las manos.
"Respira. Contrólate. Puedes con esto"
Las luces se encendieron. La cámara empezó a grabar.
Laura comenzó con una introducción breve, establecien