Alena Campbell reina de una de las manadas más enigmáticas de los territorios se encuentra pensando que tiene absolutamente todo en su vida. Poder, amor y felicidad aunque todo se mira completamente derrumbado como un castillo de arena al saberse traicionada por el que creía su mate destinado y su única compañera de linaje. Ambos habían creado la estrategia perfecta arrancándole completamente todo lo que la representaba ser ella misma, su poder, su familia y su pequeño cachorro. Traicionada y acusada de traición impronunciable Alena Campbell es obligada a alejarse de su territorio bañada en vergüenza. Sin embargo firme ante la vida Alena sabe que no puede darse por vencida, mucho menos si quiere seguir luchando por su pequeño cachorro, y para eso el destino la arroja a los brazos de Randolf Angus, un imponente y provocador alfa de la manada Colmillo Sombrío, sin saber que su ojos grises ocultan demasiados secretos incluso de ella misma.. Ambos guardan secretos, los dos tienen demasiado que perder en caso de no cumplir con sus objetivos, pero juntos pueden vencer cada una de las adversidades ¿Se romperá esa barrera que los separa? ¿El pasado se expondrá finalmente? ¿Podrán dejarse llevar por esa pasión y deseo que comenzó en el instante que se vieron por primera vez?
Leer más— ¡Aaagghhh!- Grita de nuevo con la garganta desgarrada, ya no sabía cuánto tiempo tenía en ese calvario.
Una contracción incesante recorre la columna vertebral de Alena, reina de la manada Niebla Eterna, estaba en medio de labor de parto, a punto de parir a su primogénito, su cuerpo sudoroso y agotado después de horas incontables no dejaban lugar a dudas del esfuerzo que le estaba representando.
— Por favor… por favor… — Suplicaba ella en medio de jadeos, en este punto sentía que cualquier esfuerzo iba a terminar con su vida— Necesito ayuda… Irvin llama a la curandera… ella sabrá qué hacer…
Había sido traicionada por el único hombre en quien había creído ciegamente, en su mate destinado.
“No puedo creer que mi propio macho me haya hecho esto” pensaba llena de dolor, “Si él me amaba, me trataba con dulzura, me cuidaba… ¿cómo puede tenerme en estas condiciones en un momento tan difícil como lo es el parto?” Se preguntaba con el corazón roto.
En ese momento el Alfa y rey de la manada se acerca a ella y le acaricia el rostro.
— Cariño…
Alena mueve su rostro asqueada, no tolera su toque, no tolera su presencia.
— Vamos no te hagas la digna, o la débil— Dijo Irvin— Eres fuerte, demuéstralo, tienes un año gritándomelo en cada oportunidad que has tenido, es momento que saques esa casta real que tanto presumes, el linaje los Campbell, — El tono ácido en su voz no pudo pasar desapercibido, la mirada llena de odio del Alfa traspasó el alma de Alena.
“¿Cómo había sido tan ciega de enamorarse de él? No ver la maldad que destilaban sus ojos” pensó decepcionada.
En ese momento su conciencia se fue directamente a las palabras que le había dicho su padre hasta el último momento de vida
“Siempre cree en tu instinto, y sin importar quien sea acepta a tu mate destinado ya que la vida te mostrará que serás feliz junto a él, la Diosa Luna jamás se equivoca”
“Oh padre “ Pensó ella en medio de la inconciencia “Creo que la que se equivocó soy yo… aunque no he identificado cómo”
En ese momento Irvin se limpió la mano con la que la había tocado en la ropa con asco.
— Nuestro cachorro va a morir si no lo ayudas… no puedes dejar que muera. Sería traición a la corona.
Alena estaba pensando en cada posible solución, tenía que salir con vida de ahí, para recobrar su fuerza y enfrentarlo.
— No puedo traicionar lo que ya es mío— Declaró él con desdén.
— ¡AAaaagggghh!
Otra contracción se presentó y Alena apretó las quijadas conteniendo las ganas instintivas de pujar, sabía que su cachorro no estaba bien, que corría peligro.
Lo sentía en el cuerpo, su cachorro estaba mal posicionado, tantas horas de esfuerzo podrían dañarlo.
— ¿Por qué haces esto?— Alena necesitaba encontrar una forma de apelar a su malnacido corazón para conseguir algo de piedad. — Somos mates destinados por eso nos enlazamos, por eso eres rey porque yo te elegí.
Una carcajada carente de alegría salió desde lo profundo del pecho de él haciendo eco en las paredes de la celda en la que tenía días encerrada.
— No, tú no me elegiste, solo eres una estúpida fácil de utilizar y desechar cuando ya no es útil.
Esa declaración hizo que Alena se quedara con el cuerpo entumecido. “¿De que estaba hablando?”
—Lo somos, tenemos un enlace… — Lo decía en voz alta para saber que esto era una realidad y no una fantasía provocada por el inmenso dolor que la recorría. — Nuestros lobos se reconocieron… nuestros…
— Ahora… — La interrumpió Irvin— tu solo formas parte de un plan, eres un daño colateral para algo mucho más grande, que no te incluye con vida.
En ese momento el rostro de Irvin se transformó, ahora era alguien completamente desconocido para Alena, y el pavor hizo que su cuerpo se contrajera.
— ¿De qué hablas?...
La reina no pudo decir más ya que otra contracción atenazó su cuerpo, las paredes de su vagina estaban desgarradas y alguna parte del cuerpo de su cachorro estaba por salir pero no podía pensar bien, el enorme dolor no la dejaba razonar con claridad.
Alena estaba esposada de ambas muñecas y tobillos a la pared, no podía moverse, solo estaba abierta de piernas para que el cachorro saliera.
— Irvin déjame ayudar, quítame las esposas… — Pidió ella desesperada, maldiciéndose a sí misma por haberse equivocado tanto con el — Yo misma lo tendré, yo misma lo sacaré…— Otra contracción abominable la recorrió.
En ese momento la puerta de madera maciza de la celda se abrió y llegó una mujer muy parecida a Alena, se notaba que compartían linaje.
Vero, prima de Alena y la única otra integrante de la familia real llegó mostrándose preocupada.
La mirada de ambas se conectó y Alena suplicó por ayuda.
— ¡Vero! ¡Vero Gracias a la Diosa que estas aquí! — Gritó desesperada por finalmente tener la oportunidad de recibir ayuda para su cachorro — ¡corre pide ayuda, diles que el rey ha cometido traición a la corona…
En medio de sus indicaciones la reina se queda en completo silencio, Vero su prima, la mujer que había considerado como su hermana menor, en este momento estaba observando su desnudez de pies a cabeza con desprecio y una tranquilidad amenazadora.
— No tiene tan buenas tetas—Declara Vero con desprecio— las mías son más grandes.
Alena parpadea impresionada.
— Ayúdame Vero, me tiene esposada — En ese momento toda la desesperación que recorría el cuerpo de la reina comenzó a desbordar su cuerpo…
— Sus deseos son ordenes su majestad— Dijo con tono de burla Vero inclinándose para inmediatamente después acercarse y clavarle una aguja en el cuello.
— ¡ahahhh!!!!— Grito Alena.
— Esto te ayudara a no sentir dolor— Dijo Vero quien comenzaba a abrir las esposas de las muñecas de Alena, en cuanto estuvo libre del apoyo la reina cayo de rodillas a los pies de Vero.
Ella sonrió y bajando la mirada declaró.
— He esperado toda mi vida para verte así, inclinada ante mis pies, maldita desgraciada.
— ¿Matrimonio? —Alcanza a decir.Alena había pensado en darle algunos kilos de la gema lágrimas de la diosa que sería suficiente para tener sana toda su familia y descendencia varias generaciones, incluso en darle estrategias de guerra de territorios que ellos aun parecían desconocer pero que su padre había recaudado con los guerreros errantes.— ¿Te sorprende? Creo haberte escuchado decir “Estoy dispuesta a hacer lo que sea” Alfa Randolf se acerca de forma sigilosa justo como el cazador persigue a su presa y Alena se siente así… justo así como la presa indefensa de un experto cazador.— Después de todo, ésto mismo es lo que íbamos a hacer tiempo antes…— El tono sombrío en su voz era palpable.En ese momento la puerta se abre dejando entrar a Igor y dejando un documento de piel sobre el escritorio.El contrato ya estaba listo…— ¿Tan rápido? — cuestiona ella sorprendida.En ese momento Alfa Randolf sin separar la mirada del rostro de ella, abre su boca y se abre la palma de la mano
En ese momento Alena pone una mano entre ambos, mostrando así la gema que llevaba oculta todo el tiempo.Alfa Randolf se queda observando la roca y la toma con dos de sus dedos.— ¿Así que en tu manada hay gemas de lágrimas de la diosa?— Cuestiona él impresionado.— Sé que esto es una gema bastante extraña, sin embargo sus poderes no radican solamente en la exquisitez de su exterior, sino también en el poder que hay dentro de ella.Alfa Randolf se queda observando la gema con sumo cuidado, era una pieza que parecía de cristal, sin embargo al moverla con los rayos de la luz del sol diferentes subtonos verdes y azules parecían romper la imagen del cristal, además que justo en el centro había una especie de brillo que fluía como el agua…— Dime ¿qué poderes tiene esta pequeña Gema?— Cuestiona Alfa Randolf al mismo tiempo que levanta la mirada y la observa haciéndola sentir expuesta ante el. Alena traga saliva, no sabe por qué la mirada de ese hombre la afecta tanto, sin embargo tenía q
— ¿Tengo que hacerlo ahora? Este secreto, cada vez se vuelve más peligroso… más difícil de mantener— otra voz también grave de otro macho se escuchó aunque era diferente.— ¿Crees que no lo sé?— Cuestiona el primero con la voz llena de rabia— ¿Crees que no sé que este secreto puede arrancarme el mando de mi manada?Esa última frase hace que Alena sienta un escalofrío en todo su cuerpo, esa era la voz de Alfa de la manada Colmillo Sombrío. — Ya no puedo esperar más, fingir que esto no existe— declara el Alfa— Solo métemela…— En ese momento Alena abre los ojos impresionada por lo que está escuchando— Sólo hazlo.— ¿Pero si alguien se entera? si alguien sabe lo que estamos haciendo, esto es prohibido — dice la otra voz al mismo tiempo que Alena se cubre la boca impresionada“Entonces por eso ninguna de las feromonas de las mujeres lo afectó a la llegada, porque no le gustan las mujeres”— Necesito que lo hagas, el tiempo se termina el riesgo es demasiado, pronto no estaremos a solas y
A la mañana siguiente Alena y todas las chicas nuevas se encuentran en una especie de fila a la espera de indicaciones…Para sorpresa de absolutamente nadie, Minerva aparece con una vara de madera flexible en su mano.— Les daré ordenes por parejas, deben hacerlas en completo silencio y ser mucho menos que sombras en este lugar, nuestro Señor es de muy poca tolerancia y nada de lo que ustedes se propongan va a servir para hacerlo caer en sus garras…— Ella se dirige directamente a la mujer cacheteada el día anterior— Mucho menos si son cosas tan pequeñas como ustedes.La mujer estaba dispuesta a hacerle frente pero una mano la detiene, por lo visto había encontrado a una aliada en este mar de basura.Alena y Johana observan cómo van desapareciendo todas por la puerta principal y ellas se quedan por varias horas en silencio y buscando una respuesta en la mirada de la otra quien se encontraba igual o más de confundida.“¿Debería salir de aquí ahora? Necesito encontrarlo, y hablar con é
— ¡Suficiente!— Grita Minerva— Todas síganme y recuerden… ahora pertenecen a la manada Colmillo Sombrío.Aunque en ese momento una mujer alta, la misma que había arrojado a Alena al suelo habla…— Entonces... ¿Quién va a servirle al Señor? — Pregunta con una sonrisa que evidenciaba sus intenciones.En ese momento Minerva se gira para enfrentar a la mujer… Al contrario de lo que todas podrían esperar.PlaaaasssLa mujer recibió una bofetada de parte de Minerva con tanta fuerza que a pesar de tener el doble de tamaño que la mujer la hizo caer al suelo sorprendida.Minerva camina a un lado de la mujer sin siquiera tener agitada la respiración…— Espero entiendas… entiendan — se corrige— Que al llegar aquí y ser compradas, hablaran, comerán, respirarán y vivirán cuando se les indique.Un silencio sepulcral llega al lugar.— Aquí estarán cuando no estén trabajando… — Indica Minerva minutos después en el momento en que les muestra una habitación amplia con varias literas—Aquí dormirán
En el momento en que Alena sale de la cabaña donde la mantenían presa y completamente aislada del exterior observa de manera desafiante, cómo se encontraba erguido un sello que había marcado su pasado mucho tiempo atrás.— No puede ser— susurra ella con el aliento apenas contenido al mismo tiempo que avanza de forma automática.Frente a ella se encuentra un emblema tallado en roca completamente desolador, un lobo aullando a una enorme luna llena invocando el poder de sus ancestros para permanecer inmune ante cualquier ataque enemigo, con gemas incrustadas en el lomo.Siendo adornado por la luna ensangrentada por las batallas ganadas durante siglos.Ya sabía perfectamente en las manos de quién se encontraba, el Alfa de la Manada Colmillo Sombrío, una muy poderosa y de la cual la enemistad que vagaba entre ellos como un espectro invisible era culpa de ella…El cuerpo de Alena se eriza por completo.— No él…— Susurra ella al mismo tiempo que observa en todas las direcciones, si ese anci
Último capítulo