— ¿Tengo que hacerlo ahora? Este secreto, cada vez se vuelve más peligroso… más difícil de mantener— otra voz también grave de otro macho se escuchó aunque era diferente.
— ¿Crees que no lo sé?— Cuestiona el primero con la voz llena de rabia— ¿Crees que no sé que este secreto puede arrancarme el mando de mi manada?
Esa última frase hace que Alena sienta un escalofrío en todo su cuerpo, esa era la voz de Alfa de la manada Colmillo Sombrío.
— Ya no puedo esperar más, fingir que esto no existe— declara el Alfa— Solo métemela…— En ese momento Alena abre los ojos impresionada por lo que está escuchando— Sólo hazlo.
— ¿Pero si alguien se entera? si alguien sabe lo que estamos haciendo, esto es prohibido — dice la otra voz al mismo tiempo que Alena se cubre la boca impresionada
“Entonces por eso ninguna de las feromonas de las mujeres lo afectó a la llegada, porque no le gustan las mujeres”
— Necesito que lo hagas, el tiempo se termina el riesgo es demasiado, pronto no estaremos a solas y será imposible— declara el Alfa al mismo tiempo Su voz se escucha más cercana y Alena da dos pasos hacia atrás.
— Guardar este secreto nos está costando demasiado dice la otra voz
— Esto es entre tú y yo, como mi beta tienes la obligación de mantener el secreto hasta el final…
— Sí Alfa.— Declara la otra voz con un tono de resignación.
El corazón de Alena estaba acelerando su respiración, estaba impactada, impresionada y sobre todo enmudecida, aunque nada la prepararía para lo que estaba a punto de escuchar después.
— ¡Aaaggghhh!— Se escucha un gemido de parte del Alfa conteniendo el dolor.
“¿Qué hago? Me voy…” Piensa Alena al mismo tiempo que se sorprende quedándose justo donde estaba.
— ¡Métela! … ¡Toda! — Exige el alfa con las quijadas apretadas.
Y Alena no puede evitar dar un brinquito lo que hace un pequeño ruido en el suelo.
“Demonios, Demonios” piensa ella al mismo tipo que corre desesperada al final de las escaleras y comienza a bajar sin importarle absolutamente nada…
Tenía que escapar, tenía que alejarse, tenía que evitar que supieran que ella sabía ese secreto entre ellos dos…
Alena pasa el resto de la noche dando vueltas a lo que acababa de descubrir.
Sin embargo ahora se encontraba caminando por el pasillo que había cambiado absolutamente todos sus pensamientos el día anterior
El corazón de Alena palpitaba de forma acelerada y desmedida, sin embargo estaba preparada para enfrentar la situación.
En el momento que se encuentra frente a la puerta respira profundo y resignada a encontrarse cualquier clase de imagen dentro, empuja la puerta sin aviso previo.
Frente a ella se encuentra sentado la sella principal elaborada de piel el Alfa Randolf Angus, heredero de absolutamente cada centímetro de tierra de La Manada Colmillo Sombrío.
Sólo con verlo levantar la mirada y atascarla de manera imponente sobre ella siente que su sangre se comienza a calentar.
El erotismo, oscuridad y pasión contenida que emitía su cuerpo era innegable, cualquier hembra desearía envolverse entre sus brazos.
Aunque de manera enigmática y sorprendente llegaron las frases que había escuchado el día anterior.
“Solo métemela…”
“ ¡Métela! … ¡Toda!”
— ¿Qué haces aquí? ¿Quién eres? — La voz del hombre alto, fuerte, atlético con unos ojos oscuros que se encontraba a sólo unos cuantos centímetros a un lado del alfa le indicaban que él era beta, pudo reconocer su voz y traga saliva porque él también era un semental atractivo, sin embargo al saber su secreto Alena aprieta las quijadas, debía mantenerse firme y continuar con los planes qué había desarrollado, no quería que ninguno se sintiera en peligro o en medio de un chantaje.
— Necesito hablar con Alfa Randolf— susurra ella bajando solamente una línea a su voz pero manteniendo la mirada en alto.
En ese instante ella nota que Alfa Randolf levanta una ceja interesado.
— Igor, déjanos a solas.
Beta quien se mantenía siempre a un lado de Alfa se impresiona.
— Alfa debemos…
— Igor ¡Ahora!— la voz impactante y penetrante de parte Alfa Randolf fue lo único que él necesito para asentir con la cabeza y alejarse sin desviar la mirada en ningún instante de la joven te acababa de llegar.
Alena no sabía lo que le sucedía sin embargo el olor sutil y armonioso que había quedado en el lugar cuando Igor se había ido, era algo parecido a madera y otra cosa que no lograba identificar, la ponía nerviosa al punto de hacer que sus manos se pusieran sudorosas.
Alfa Randolf se recarga en la silla.
— Bien— dice con un toque de desdén en su voz— dime ¿Qué es eso tan urgente que necesitas hablar conmigo? — El ronroneo en la voz Randolf era como una caricia sutil a los oídos de Alena, sin embargo debía mantenerse firme.
~Recuerda a Alena~ dice su loba por el enlace mental~ a él no le gustan las hembras, no corremos riesgo a su lado, podemos hacer un acuerdo que nos beneficie a los dos~
El tiempo parecía transcurrir y Alfa Randolf no quitaba la mirada de esa morena mujer, sus quijadas se marcaban presionadas a los costados de su rostro.
— Vengo a ofrecerte un trato…
Él se sorprende y se levanta de la silla de inmediato, el cuerpo imponente y arrasador de Alfa Randolf era suficiente para distraer a cualquiera que estuviera presente, sus pasos firmes eran una sentencia de seguridad que no cualquiera podía conseguir.
— Te escucho…— dice él al mismo tiempo que se recarga en el escritorio de madera y se cruza de brazos— ¿Que puede ofrecerme una esclava que fue comprada por unas cuantas monedas?
Alena traga saliva y comienza a hablar.
— Mi nombre es Alena Campbell, hija de Alfa Alistar Campbell y Megan Campbell de La Manada Niebla Eterna.
En ese instante Alfa Randolf une sus manos frente a su rostro como si estuviera pensando en distintas posibilidades, sin embargo ninguno de sus rasgos mostraban sorpresa o incredulidad.
— Y dime Alena Campbell, Reina de la Manada Niebla Eterna ¿Qué haces en mi pequeño castillo de retiro jugando el papel de sirvienta?
Alena aprieta las quijadas, sin embargo da un paso hacia el frente.
“No puedo retractarme ahora…” piensa.
— He sido traicionada por el que era mi mate destinado y mi prima, la única otra persona sobre la tierra que tiene linaje Campbell en sus venas, fui desterrada de mi territorio y exiliada de mi poder, sin embargo he venido a ti para pedir tu protección y aliarnos para recuperar el poder de mi manada…
Alfa Randolf se queda estático completamente sin mover un musculo hacer un solo gesto…
Con su mirada penetrante sobre ella.
— ¿Y que gano yo de todo esto?— cuestiona el Alfa al mismo tiempo que se levanta y se acerca a ella a solo unos centímetros y talla su cuello un par de veces.