068. Te Prometo que no Seré Gentil
La palabra "gentil" quedó flotando en el aire de la cabaña, una promesa que era a la vez una amenaza y una invitación. Selene no respondió con palabras. Respondió con una sonrisa, lenta y afilada, la sonrisa de la loba que acaba de lograr que el león entre voluntariamente en su juego.
Se movió hacia el centro de la sala, el espacio más amplio entre la mesa y el sillón. Se quitó las botas con un par de movimientos rápidos y fluidos. Luego, la camisa, dejándola caer al suelo sin cuidado. Quedó en la remera de algodón ajustada y los jeans, un uniforme de batalla improvisado. Se puso en posición de guardia, una postura que su cuerpo recordó de forma instintiva, baja, equilibrada, lista para atacar o defender.
—Estoy cómoda, Lombardi —dijo, su voz un murmullo desafiante—. El que parece que necesita prepararse sos vos.
Florencio terminó de arremangarse las mangas. Sus antebrazos, fuertes y veteados de venas, quedaron al descubierto, la vieja cicatriz dentada un recordatorio de su propia h