052.
Selene se sentó en la cama. Apoyó el vaso vacío sobre la mesa de luz.
Se tocó los muslos. Estaban calientes. El cuerpo le pedía algo.
Pero no sabía si era sexo… o guerra.
O ambas.
—Grh…
Cerró los ojos.
Y cuando los volvió a abrir, murmuró:
—Si volvés a tocarme, Elio… esta vez no voy a besarte. Voy a morderte. Y no por placer.
🌑 🌊 🐾
Elio no golpeó la puerta. No avisó. No llamó.
Saltó el muro trasero de la casa como un animal. Silencioso. Flexible. Preciso.
Su cuerpo, apenas cubierto por la camisa abierta y los jeans gastados, se deslizaba entre sombras como si fueran suyas.
Los ojos dorados se habían dilatado.
No buscaba verla. Quería olerla.
Y ahí estaba. En la habitación. Apenas cubierta por una sábana. Sentada en el borde de la cama.
Desnuda. Sudada. Pensativa.
Perfecta.
—Jeh…
🌑 🌊 🐾
Selene giró la cabeza apenas.
—Grh…
No se sobresaltó. No gritó. No huyó. Sólo mostró sus dientes, de forma inconsciente.
Elio estaba en el umbral, con una rodilla apoyada sobre