"Crónicas de una despedida"
Me estaciono fuera y por frente a la agencia, guardo mi monedero en el bolso e ignoro todos los mensajes que he recibido.
Desde Liam y Nick, hasta Iván y tres correos electrónicos con posible confirmación de eventos publicitarios.
Solamente respondo a uno antes de salir del Ferrari. Al de Judas, quien volvió a preguntarme si habíamos descansado, informando también del policía que custodia el ingreso de Pía al edificio del campus y recalcando que insistirá en que la investigación se efectúe por fuera del sistema legal de Mónaco.
Por fuera del sistema...
El Diablo no lo sabe o tal vez sí; tal vez lo percibe. Quizá su hocico de lobo viejo y experimentado se olfatea lo que pronto voy a solicitar pues entre nos y conociéndonos las oscuras y perversas mañas, él no olvidó que en mi cuenta de deseos tengo uno pendiente.
«Pídeme lo que quieras y yo te lo daré»
Ya sé lo que quiero y no voy a vacilar en obtenerlo, más aún cuando este embustero hombre es de los que cum