"The Beginning of the Decline"
La tarjeta de la suite abre el penthouse y por vigésima vez vuelvo a hacerle la misma pregunta...
—¿Estás bien?
Palmea mi glúteo para que entre primero y me escolta, siguiéndome de atrás.
—¿Desde cuándo tanta preocupación?
Me pasa por al lado, despojándose del Rolex. Reloj fino que deja sobre la mesilla al igual que las llaves de su rentado Camaro.
Su obsesión por los Camaro es tan perturbadora como la obsesión que tiene conmigo.
—Podrá no notarse, pero siempre me preocupo.
—¿Por mí? —su risada es hiriente. Que ponga en duda que no soy sólo guerra y ofensa es hiriente—. Por favor.
Se saca la camisa del orillo del pantalón y empieza a desprenderla, quitándosela, haciéndola un bollo y aventándola al sofá de dos cuerpos.
—Es una tela muy costosa —le observo, sopesando que a la mañana su ropa será pura arruga.
—Está manchada con la sangre de ese sucio —sisea de malas—. La seda satinada queda inservible después de eso.
Me saco los tacones perdiendo unos cuant