Alexander (Jin-Sung)
El sonido sordo de la puerta al cerrarse resonó en mi cráneo, más fuerte que cualquier grito. Había terminado. Había quemado el último puente que me conectaba con la felicidad.
—Nunca fue suficiente—
La mentira más grande que había pronunciado no había sido para mi padre, sino para Munan. Pero funcionó. La vi romperse, vi la decepción helada en sus ojos, y supe que había trazado la línea que ella no cruzaría. Ella era libre... de mí.
Salí de la habitación sin mirar atrás. Le ordené a Karl que esperara en el pasillo, sin darle explicaciones. Subí las escaleras hasta la terraza del hospital, un área de descanso privada en el piso más alto, con vistas a la entrada principal. Necesitaba verla irse. Necesitaba ese castigo final.
Me recosté contra el muro de piedra. Mi traje caro se sentía como una armadura pesada y asfixiante. Saqué mi teléfono y encendí la aplicación de seguridad del hospital. Encontré la imagen de la puerta trasera.
Unos minutos des