El Anillo de la Eternidad

La confesión de Elena de que el amor de Ariadna por Elías era la única arma capaz de destruir al Dios de la Muerte desató una avalancha de verdades. Durante los días siguientes, el complejo de Vega Botánica se convirtió en el epicentro de un conclave familiar sin precedentes, donde tres almas condenadas por el destino se dedicaron a armar su estrategia.

Las conversaciones se sucedieron sin pausa: Elena reveló la profecía completa, el origen exacto de la Plaga y la maldición de desamor que había perseguido a las Guardianas de la Tierra durante generaciones. Elías, por su parte, detalló las tensiones en el seno del Consejo Supremo de la Manada, la traición de Victor Volkov y la creciente ambición de Lyra sedienta de poder. Ariadna, con una madurez recién adquirida, compartió el encuentro astral con Malva, la loba desterrada, y las advertencias sobre el poder latente que llevaba en su vientre.

Se conocieron a fondo, no como amantes y suegra, sino como una famili