El Cartucho Quemado
Elías y Lyra se encontraban en un piso franco en una zona tranquila de Kensington, una burbuja de opulencia temporal rentada bajo identidades falsas. El lugar estaba lleno de pantallas encendidas, planos de Mayfair y armas dispuestas sobre una mesa de caoba. Faltaban apenas unas horas para la Gala de Primavera.
Lyra estaba de pie junto al ventanal. Su traje de noche, un vestido de seda negro que realzaba su figura y su poder, estaba colgado en la puerta del vestidor. No sentía emoción por el glamour. Su corazón era un tambor que golpeaba una melodía de pánico y ambición. Ella se había jugado su futuro. Si Elías derrotaba a Victor, regresaría a los brazos de Ariadna. Si fracasaba, ella perdería al único hombre que realmente le importaba.
Era su última jugada para alterar el destino, y sabía exactamente qué arma debía usar.
Elías había salido hacía un momento de la ducha. Regresó a la sala envuelto solo en una toalla blanca, su cabello mojado, gotas de agua resbaland