Calipso vive una pesadilla cada día, alejada del hombre al que ama, siendo estorsionada por su hermano, sin poder perdonarse así misma lo que ocurrió en su pasado, sin poder perdonarle a él lo que hizo... Para Mateo las cosas no son diferentes, se arrepiente de haber empezado aquello como un simple juego, se arrepiente de no haber reconocido ante ella sus sentimientos con antelación, cuando eran adolescentes. Pero sabe que ya es demasiado tarde, ya no puede hacer nada para recuperarla, todo está perdido, ¿verdad? Pero a pesar de todo, a pesar de las mentiras y el dolor, parece que aún hay esperanza para que estos dos desdichados puedan volver a estar juntos, puedan ser felices. Al final... ¿lo conseguirán? Si quieres descubrirlo... sigue leyendo.
Leer más(CALIPSO)
Mi vida era un verdadero tormento desde que él no estaba a mi lado, los parciales casi habían llegado, y estaba histérica, porque apenas tenía tiempo de estudiar, porque cada rato que tenía libre, Diego venía a visitarme a mi habitación, y terminábamos, bueno ya sabéis, había hecho un trato con él, ¿recordáis? Él se quedaba al lado de Teo y yo a cambio me acostaba con él. Y cada día me costaba más hacerlo, cada día me atormentaba más lo que estaba haciendo, cada día sentía la necesidad de salir corriendo y refugiarme en sus brazos, oler su perfume y quedarme allí por toda la eternidad. Pero no siempre podemos tener lo que queremos, ¿no es cierto?
Él estaba mucho mejor, o al menos eso era lo que mi hermano me aseguraba día tras día, mientras yo fingía estar de maravilla, cuando en realidad lo único que quería hacer era llorar durante todo el día.
Aquella noche no podía dormir, no podía dejar de pensar en él, en nuestro primer beso, en su sonrisa, en sus hermosos ojos azules, en la complicidad que teníamos, en lo que me hacía sentir cuando le tenía junto a mí, aun cuando éramos amigos ya me sentía a salvo.
Quería que volviese, al menos como amigo. Una parte de mí lo quería. Pero sabía que no podría soportarlo, no si él seguía acostándose con Sandra, y ese era el caso.
Lo sabía bien, pues ella solía llamarme a veces, cuando estaba con él, para echarme en cara que yo no era absolutamente nada para él, mientras que ella lo era todo.
La puerta de mi habitación se abrió, y yo no necesité darme la vuelta a preguntar de quién se trataba. Sabía quién era, era Diego, mi hermano.
Se metió en mi cama, y me rozó con sus pies helados, para luego agarrarme de la cintura. Decidí quedarme en la misma posición, cerré los ojos y me hice la dormida, no podía volver a hacer aquello que él quería, me sentía tan utilizada últimamente, no era diferente a una prostituta, regalaba mi cuerpo a cambio de un favor.
Se quitó el pantalón del pijama, sin dejar de mirarme, y sacó su miembro a escena. Para luego agarrarme del cuello y obligarme a que acercase mi boca a su pene. Supe lo que quería sin necesidad de preguntar, pues me apretó la boca contra él en ese justo instante. Me la metí en la boca, al mismo tiempo que le escuchaba gemir, apretándome un poco más fuerte contra él.
Mi relación con Diego se había vuelto un infierno, no éramos hermanos, sólo éramos dos personas que se acuestan, pero no había ningún tipo de sentimiento, al menos por mi parte, tan sólo era placer mutuo, nada más. Era una relación que estaba completamente vacía, algo que estaba ligado a una promesa, y seguíamos acostándonos sólo por esa promesa.
La semana después de esa fue agotadora, pues tuve que trasnochar y quedarme a estudiar todas las noches, tanto que apenas daba una en clase, y cuando al fin llegaron los parciales los pasé todos con buena nota. Y estaba feliz, de que al menos un poco de felicidad decidiese aparecer por mi vida.
Pronto me marcharía a casa, con mamá, a pasar las vacaciones de navidad junto a ella, estaba deseando ir a la ciudad, ver el lugar nuevo que había conseguido, y sobre todo huir de mi hermano por unos días.
Ni siquiera me pasé por casa a cambiarme de ropa, porque no quería encontrarme con Diego, no quería estropear mi felicidad de aquel día, no quería tener que acostarme de él y empañarla.
Ir a aquella discoteca fue una idea pésima, pues tan pronto como llegamos, Boris se puso a ligar con un ex rollo y se pasó toda la noche con él, mientras yo me sentaba en la barra y me pedía una copa, tras otra.
¡Dios! ¿Por qué estaba tan guapo? Lucía mucho más guapo desde la última vez que le vi. Tenía el cabello alborotado, y sus ojos azules parecían mucho más intensos, llevaba unos jeans negros y una blusa azul marino entre abierta, lo que dejaba ver parte de su pecho al descubierto.
Ay, eso había dolido. ¿Ya era agua pasada? ¿Tan poco había significado para él? Intenté calmarme, que no se me notase que me había molestado, no podía mostrarme así frente al mundo, no podía volver a flaquear, simplemente no podía, y fue en ese justo instante cuando recordé aquella promesa que hice…
“
“
Todo va bien – me calmé a mí misma, intentando que mis lágrimas no saliesen, porque no quería pensar en lo que pasó después de eso, no quería pensar en lo que mi hermano había dicho, en él y Sandra.
Ella me llamó la semana pasada, aún podía recordarlo, podía escucharlo a él, suplicando mientras ella me hablaba…
“ ¿Al fin lo comprendiste, eh, niñata? – preguntaba ella – Matty siempre volverá a mí.
Sandra – suplicaba él, tumbado en la cama, cogiendo sus manos para que dejase el maldito teléfono, borracho como una cuba – por favor, por favor sácala de mi mente, por favor…
¿Lo estás escuchando? – insistió hacia mí, mientras mis lágrimas salían – él quiere olvidarte, y le haré el amor hasta que no quede absolutamente nada de ti en él”
Un nudo enorme se formó en mi garganta tan pronto como lo recordé. ¿Lo habría ella logrado? ¿por eso él le decía a su amigo que yo era agua pasada?
Me marché a respirar aire puro, sin tan siquiera esperar a que mi amigo dijese algo más, sentía que me ahogaba allí dentro, y tan pronto como el frío de la noche me envolvió me sentí un poco mejor. Me dejé caer sobre la fachada y saqué el teléfono, tenía una llamada perdida de mamá.
Mis lágrimas cayeron en ese justo instante, tan pronto como comprendí que era tan idiota que sólo quería huir de allí con él, importándome bien poco ser la otra.
Ni siquiera me había acostado con él, ni una sola vez, y ella… ella le tenía todas las noches, mientras que yo dormía con la única compañía de la dolorosa soledad.
Ella caminó hacia nosotros, y él soltó mi mano, pero yo agarré la suya antes de que se hubiese alejado del todo, logrando que él me mirase sin comprender
Aquel día estaba de los nervios, no sólo porque no me había bajado el periodo, si no por muchos otros aspectos de mi vida. Pero al ver a Teo, sonriendo hacia mí, mientras me agarraba del pijama, con fuerza, para impedir que pudiese huir de él, no pude evitarlo, me olvidé de todo lo demás.Me quedé con él después del entierro, en su misma cama, y fue realmente difícil para mí, porque me moría por acostarme con él, pero sabía que no era el momento, él acababa de perder a su madre.No pude quitarme de la cabeza, en toda la noche las palabras de Marina “Mateo no es un chico gentil en el sexo”¡Qué sexy está hoy mi abogada! – me dijo, besándome dulcemente en los labios – he pensado que, como mi padre se ha marchado esta mañana a Tierras Altas, y que cómo sól
Mi madre fue enterrada a la mañana siguiente, ni siquiera le hicimos misa para los difuntos, pues ni ella ni yo creíamos en Dios, así que lo veía una pérdida de tiempo. Todo aquel que quisiese guardarle respeto podía hacerlo allí, frente a su tumba.Ella se marchó a casa a cambiarse y Diego me trajo ropa para cambiarme antes del funeral.Estaba en shock, aún no podía creer que ella ya no estuviese, que realmente se hubiese ido. Siempre esperé, en un lugar oculto de mi corazón, que ella se recuperase, y que en algún momento de su vida me pidiese perdón y me dijese cuánto me quería. Pero eso nunca sucedió, supongo que algunos sueños nunca se cumplen, y por más que lo intentemos, las cosas son como son.Algo parecido me pasaba al pensar en ella, en Cali, en la única mujer que verdaderamente había amado en t
DIEGO.Me enervé tan pronto como la vi entrar por la puerta, sabiendo que había pasado la noche con él, y toda la mañana. No tenía derecho a enfadarme, sólo era mi hermana, me repetía una y otra vez, pero era imposible no hacerlo, y menos al ver la sonrisa que traía dibujada en su rostro.Estaba borracho, como una cuba, horrorizado por lo que había pasado entre Marina y yo, ella me había dejado y ya no me quedaba nada, y todo era por su culpa, por culpa de Cali, por culpa de lo que ella me hizo sentir, por culpa de haberme acostado con ella.Ella tenía la culpa de todo, y por eso quería hacérselo pagar, quería que fuese tan infeliz como lo era yo en aquel momento.Era egoísta por mi parte, lo sé, pero en aquel momento de embriaguez, tan sólo quería vengarme, tan sólo quería borrar esa so
CALIPSO.Desperté sobre su cama, y le miré anonada durante un buen rato, recordando nuestros besos de la noche anterior. No había pasado nada sexual entre nosotros, sólo un par de besos inocentes, y me encantaba que las cosas fueran así entre nosotros, no había sólo sexo entre nosotros.Vas a desgastarme de tanto mirarme – bromeó, haciéndome reír a carcajadas. Me encantaba cuando estábamos así – creo que puedo acostumbrarme a esto – aseguró, acercando su rostro un poco, para besarme dulcemente.Y ahora es cuando despierto y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño – aseguré, haciéndole reír.¿te das cuenta de lo que esto significa, Cali? – preguntó, un poco más serio, haciendo que ladease la cabez
MATEO.Ni siquiera sabía si éramos novios, si nos estábamos conociendo, o si simplemente seguíamos siendo amigos, pero lo que si estaba claro es que la quería y ella me quería a mí, y en aquel momento, eso era lo único que me bastaba.Llevábamos dos días así, escondiéndonos de mi mejor amigo, para que no se enterara de lo que había entre nosotros y aquello estaba resultándome bastante difícil, así que aquel día no tenía ni idea de que era lo que iba a decirle ahora que había venido a buscarme para ir a tomar algo al bar de tito.Llevas días evitándome – se quejó, cuando le dije que me iba a ser imposible quedar porque estaba liado - ¿qué? ¿Crees que no me doy cuenta de las cosas? Sigues quedando con Cali aunque te pedí que no lo hicieras, de
Estaba en el parque que había junto al hotel en el que mamá y yo nos quedábamos, pues a pesar de que Javier había insistido en que nos quedásemos con ellos, yo había declinado la oferta. Sabía lo complicado que era para mamá estar allí, en la misma casa que Javier y su esposa, y ella no merecía eso. No después de saber lo mucho que ella aún le amaba. En cuanto menos te lo esperes aparecerá frente a ti, y todo esto no será más que una pesadilla – me calmaba mi madre, dándome ánimos, dedicándome una enorme sonrisa, para luego volver la vista hacia el otro lado de la calle – justo ahora – aceptó, haciendo que levantase la cabeza para mirarla, volviendo luego la vista hacia el punto al que ella mirada. Teo estaba allí, mirándome, dudando entre si acercarse o no hacerlo – ve con él – me animó, dándome el empujón que necesitaba para hacerlo. Me puse en pie de un salto y caminé hacia él, para luego abrazarle, sin previo aviso, pero era lo que
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