Shayla Heart es una joven ferozmente independiente de 27 años con aspiraciones de convertirse en arquitecta. Después de meses de entrevistas de trabajo fallidas, su suerte cambia cuando consigue un trabajo en Diseños Cult, una de las firmas de arquitectura más prestigiosas del mundo en Londres. Una noche de fiesta con sus dos mejores amigas para celebrar su nuevo trabajo se le escapa rápidamente de las manos cuando se encuentra en Las Vegas, con resaca, sin memoria y casada con nada menos que Tristan Cole Hoult, el extraño apuesto y encantador que ella se reúne en el club.Una noche apasionada, sin sentido y salvaje que resultó ser mucho más de lo que esperaba Shayla.Votada como una de las mejores y más identificables historias de amor que jamás hayas leído. El amor feroz de Shayla y Cole te absorberá y te sujetará hasta el final. Te reirás con ellos ... llorarás con ellos ... y sentirás que cada latido de tu corazón palpita en el camino.(La esposa accidental: 151 capítulos y la secuela Love Me Again: 131 capítulos)
Ler maisVeinte minutos más tarde, la casa olía a comida casera. Cole entra en la cocina mientras su mujer prepara panqueques. La abraza por detrás y le besa el cuello. "Con lo bien que huele esta comida, me muero de ganas de comerte luego", le gruñe Cole al oído con hambre, haciéndola sonreír. "Sshh, amor, los niños te van a escuchar", le susurra Shayla, mirándolo, y él iguala su sonrisa inclinándose hacia ella. "Ni siquiera están aquí". Cole se ríe y la besa suavemente. Shayla rodea el cuello de su marido con los brazos y separa los labios cuando la lengua de él le pide permiso para encontrarse con la suya. "Oh, qué asco. Mamá y Papá se están besando otra vez", refunfuña RJ, entrando en la cocina, seguido de Alaia, que hace una mueca mientras toman asiento en la mesa del comedor. Shayla y Cole se ríen mientras se separan. "Ahora sabes cómo nos sentimos al verte babear por todas las “amiguitas” que traes", responde Alaia, haciendo la señal de comillas con las manos y poniendo los ojos
Veinte minutos más tarde, la casa olía a comida casera. Cole entra en la cocina mientras su mujer prepara panqueques. La abraza por detrás y le besa el cuello. "Con lo bien que huele esta comida, me muero de ganas de comerte luego", le gruñe Cole al oído con hambre, haciéndola sonreír. "Sshh, amor, los niños te van a escuchar", le susurra Shayla, mirándolo, y él iguala su sonrisa inclinándose hacia ella. "Ni siquiera están aquí". Cole se ríe y la besa suavemente. Shayla rodea el cuello de su marido con los brazos y separa los labios cuando la lengua de él le pide permiso para encontrarse con la suya. "Oh, qué asco. Mamá y Papá se están besando otra vez", refunfuña RJ, entrando en la cocina, seguido de Alaia, que hace una mueca mientras toman asiento en la mesa del comedor. Shayla y Cole se ríen mientras se separan. "Ahora sabes cómo nos sentimos al verte babear por todas las “amiguitas” que traes", responde Alaia, haciendo la señal de comillas con las manos y poniendo los ojos
Dieciséis años después...Una hermosa mañana de sábado en agosto, Shayla Hoult se da la vuelta en la cama que comparte con su guapísimo esposo Tristan Cole Hoult y sonríe satisfecha. A la tierna edad de cuarenta y seis años, seguía siendo tan guapo como siempre. Se acuesta de lado y lo admira mientras duerme. Seguía igual, aparte de las finas arrugas propias de la madurez, que lo hacían aún más atractivo. La barba sin afeitar tenía manchas grises, cosa que a ella le encantaba."¿Por qué me miras?", murmura Cole, con los ojos aún cerrados, lo que hace que su mujer se sobresalte mientras estaba perdida en sus pensamientos. Shayla sonríe, con las mejillas ligeramente sonrojadas, y se acerca para rozarle la mejilla con los dedos. Cole sonríe, abre los ojos y parpadea, mirando a su hermosa esposa que le sonríe cariñosamente."¿Cuánto tiempo llevas despierto?". Shayla suelta una risita cuando él le rodea la cintura con su fuerte brazo y la arrastra más cerca hasta apretarla contra él."N
Exhalo lentamente y Cole se incorpora y enciende la luz, parpadeando un par de veces hasta que sus ojos se adaptan a la luz. "Rompí aguas", le digo, y él se levanta, se quita las sábanas de encima para levantarse de la cama. Lo veo caminar alrededor de la cama hasta llegar a mí y me toma de la mano para ayudarme a sentarme."¿Tienes contracciones?", me pregunta apartándome el pelo de la cara, y yo asiento. "¿Qué necesitas que haga?".Exhalo lentamente cuando llega otra contracción. Espero que pase antes de hablar. "Llama a mi partera y luego a mi madre. Dile que estoy en labores de parto y que le llevaremos a Alaia". Le doy instrucciones, y él me besa la frente antes de tomar mi teléfono. Mientras Cole hablaba por teléfono, me quito la ropa mojada y me pongo un cómodo chándal gris y una de las sudaderas enormes de Cole. El dolor empeoraba cada minuto y me preocupaba no llegar al hospital. "Cole, tenemos que irnos. Ahora mismo". Lloró, y él me mira, desconcertado."Pensé que dijiste
"Shay". Levanto la vista de mi enorme barriga y miro a mi esposo, que se da la vuelta cuando enciendo la lámpara de noche. "¿Estás bien?", pregunta Cole somnoliento, y yo lo fulmino con la mirada."¿Por qué no quiere salir este bebé?". Siseo enfadada, y Cole gime, se apoya sobre su codo y me mira, con los ojos verdes entrecerrados."A lo mejor le gusta estar ahí dentro y aún no está listo para salir". Sonríe, me frota la barriga y el bebé se retuerce dentro de mí al sentir a su padre. Mi fecha de parto fue hace seis días y este niño testarudo no muestra indicios de llegar pronto."Ya tuve suficiente". Gimoteo, agitada. "Me siento incómoda. Llevo días sin poder dormir y estoy hinchada como una ballena varada en una playa. Mírame". Me quejo, señalándome a mí misma, y Cole deja que sus ojos me recorran, y sonríe. "¿Qué estás mirando?".Parpadea, perplejo."Acabas de decir–"."Saca a este bebé ahora mismo". Resoplo, y Cole se rasca la frente, con las cejas fruncidas. "Tú me lo metist
Shayla retrocede y me mira, lágrimas brotando de sus hermosos ojos. "¿Tú...?". Se queda en silencio, preguntándome si tuve algo que ver con que se suicidara, y yo sacudo la cabeza."No, no tuve nada que ver. Ella obviamente no podía soportar estar encerrada. El guardia dijo que las chicas como ella son como carne fresca para un león hambriento", le explico, limpiándole las lágrimas."Fui yo". Me giro y miro a Sam, y Shayla frunce el ceño. "Puede que haya visitado la prisión. Un guardia de ahí es amigo mío, y cuando se enteró de que eras mi hermana, me hizo el favor". Explica encogiéndose de hombros, metiéndose las manos en el bolsillo de los pantalones. "No me bastaba con que estuviera encerrada, quería que sufriera, así que hice que mi amigo que es artista pintara una imagen de Cole y tú besándose en la pared frente a su celda y se vería obligada a mirarla fijamente. Que lo recordara cada segundo, cada día, que no te rompió", le dice Sam. Shayla se separa de mí y corre a los brazos
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