10. Cuidar de ella es fácil (MATEO)

Ella no dijo nada en todo el camino, ni siquiera cuando llegamos a su casa y llamamos a la puerta lo hizo. Podía notarla un poco nerviosa. Seamos sinceros, ella lucía aterrada.

Pasé mi mano por detrás de su espalda y la apoyé sobre su cadera, obligándola a mirarme, en el mismo instante en el que la puerta se abría y aparecía Tammy, la cual lucía tremendamente preocupada.

  • Cali – reconoció, para luego apartarla de mí, y abrazarla con fuerza - ¡Dios! Estábamos tan preocupados…

  • Estoy bien – aseguró ella, para luego soltarse de ella y buscar mi mano, haciendo que la entrelazase con la mía – sólo necesitaba unos días para desconectar.

Las cosas fueron mucho mejor de lo que esperaba. Ella entró en la casa, junto a mí, y subió a su habitación

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