Punto de vista de Catalina.
Había pensado que mi madre de derrumbaría totalmente, que la vería llorando por la muerte de mi padre, ha pasado más de dos semanas donde no se nada de Dario, en parte no sé si eso me alegra o me es lo que me hace sentir tan intranquila.
No sé si le ha pasado algo malo, pero me siento un poco aliviada de no estar huyendo todo el tiempo de su total acoso, aunque pensándolo bien, ya me estaba acostumbrando un poco a él.
La muerte de mi padre trajo con su muerte múltiples amenazas, cartas anónimas, Los Alemanes nos tienes a mi madre y a mí en observación, creo que ante la presencia de Dario me siento un poco protegida.
Fui al supermercado con mi madre, nos reímos un poco y hablamos de cosas que nunca con la presencia de Giovanni lo hubiéramos hecho, sin dudas mi madre era una prisionera de su poder y control.
—¿Está todo bien, hija?— la pregunta de mi madre me saco de mi ensoñación, todo era culpa de Dario Mancini, ese hombre comenzaba a ser un dolor de cab