Amante de un Vampiro

Amante de un VampiroES

Fantasía
Última actualización: 2025-09-29
Viviana  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Evelyn vive una vida normal en la ciudad, estudiante de universidad con un gran futuro por delante, pero la trágica muerte de su madre la llevo a viajar a Transilvania, a un remoto pueblo de esta localidad luego de haber sido llamada por una supuesta nana de la que no sabía nada. Esta joven no conoce nada de su pasado, y luego de la muerte de su madre pierde la memoria y termina despertando en el cuarto de hospital sabiendo únicamente como se llamada. La curiosidad por saber de ella la lleva a hacer este sospechoso viaje donde queda prisionera en un castillo bajo la sombra de un príncipe. Velkan Constantin añoraba la llegaba de Evelyn a su palacio, y una vez que ella piso sus dominios el vampiro se sintió lleno de vida, pero su felicidad se arruina cuando descubre que su amante no tenía recuerdos de él ni mucho menos de su pasado, obligándolo a tomar decisiones peligrosas. Para que Evelyn pudiera recobrar sus recuerdos recurre a la ayuda de una peligrosa bruja capciosa de la que no se podía confiar, pero era la única con el poder suficiente para traer los recuerdos de Evelyn al presente y supiera quien era en realidad. Sin embargo, cuando sus recuerdos despertaran quizás no le iba a gustar muchas cosas de su pasado, y su historia de amor oscuro con Velkan podría verse comprometido.

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Capítulo 1

capitulo 1. no se quien soy

—Vamos Caterim, debes pujar con más fuerza—insiste la doctora mientras que se encontraba entre los muslos de la rubia—. Necesito un puje más y podrá salir.

—Ya no puedo más, es muy doloroso, estoy demasiado cansada —la mujer se queja ya que llevaba horas en trabajo de parto y su hijo aun nada que nacía.

—Esto lleva tiempo, tienes que resistir por tu hijo.

Caterim hace un nuevo intento de pujar, se sostiene de sus rodillas y se inclina un poco hacia adelante para ejercer presión en su vientre y ayudar al bebé a salir. Frunce el ceño y puja hasta quedarse sin fuerzas y aliento.

Y finalmente escucha el llanto que tanto deseaba escuchar…

—Si, ya nació y es una niña—Caterim ensancha la mirada cuando escucha el sexo de su bebé.

—¿Niña? Pero si me dijo que era un niño.

—Ya vemos que no es así.

Cuando la doctora acerca a la niña a sus brazos Caterim observa la blancura de su piel y unos increíbles ojos grises que la hacen sonreír.

—¡Es hermosa! —exclama la madre.

—¿Cómo la piensas llamar?

—Evelyn—Caterim sonríe dulcemente al ver el rostro de su pequeña niña.

Fue una gran sorpresa para ella enterarse de que era una niña, pero se emocionaba por la dicha de que naciera saludable.

Mientras que Caterim descansaba en su habitación esperaba la llegada de su bebé, se la habían llevado para limpiarla así que debía esperar a por ella, pero mientras lo hacía, mira por la ventana y puede ver la extrema oscuridad de la ciudad.

La luna estaba tan brillante, mucho más de lo usual que la hizo sentir un estremecimiento extraño en su interior. Frunce el ceño y justo en ese instante escucha un ruido, cuando gira el rostro puede ver a la enfermera entrar con su niña.

—Todo está en orden con ella, está muy sana.

—¡Que alegría!

—Hasta luego.

Cuando se quedó a solas con su hija un escalofrió se apodero de Caterim que no logro entender, la mujer niega y se concentra en su pequeña hija. No entendía que le estaba pasando, esa noche se estaba comportando de una manera muy extraña, pero quizás solo era producto del parto.

—Tú y yo estaremos muy bien, mi pequeña Evelyn.

[…]

Esa noche Evelyn estaba un poco preocupada ya que su madre no había llegado a casa todavía, la joven mira por la ventana y se percata de que la calle estaba muy sola. Le daba miedo salir, pero ya era hora de que su madre estuviera en casa.

Toma su abrigo y decide salir a buscarla, quizás se la encontraba de camino.

La pelinegra abandona la casa, se abriga bien y camina por la desolada calle. Mira hacia todos lados, pero no ve ni a una sola alma. Sin embargo, con todo el miedo que yacía en su interior sigue caminando hasta una pequeña cafetería que no estaba muy lejos.

Podía ver la luz de la misma lo que indicaba que estaba abierto. Apresura el paso, pero antes de llegar ve un bulto extraño en la acera que la hace reducir la velocidad de sus andadas.

La joven termina por detenerse al reconocer aquel abrigo.

—¿Mamá? —susurra al mismo tiempo que poco a poco va acercándose a ella, cuando está mucho más cerca se agacha y hace girar el cuerpo de su madre —. ¡Mamá! —dice con un hilo de voz —. Pero ¿Qué fue lo que paso?

Su madre estaba toda ensangrentada y no entendía que era lo que le había pasado, Evelyn comenzó a llorar desconsoladamente al ver que su mamá no despertaba.

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! —intenta despertarla, pero no reaccionaba.

La mujer tenía mucha sangre en su cuerpo, es que ni ella podía ver de dónde salía tanta sangre. Su piel estaba muy pálida, Evelyn sospechaba que su madre había muerto.

—¡Mamá! Noooo, por favor, despierta, por favor.

—Evelyn —escucha un susurro y de inmediato abre sus ojos para ver a su madre medio abrir sus ojos.

—¿Mamá? —se alivia de verla despierta.

—Hija, tienes que volver a la casa ahora mismo.

—Si, vamos, te llevare.

—No, yo no… —la mujer se queja, traga saliva y niega —. Ve a casa, y no salgas. Por favor.

—¿Me pides que te deje sola aquí? Estás llena de sangre, ¿Cómo me pides eso?

La mujer niega, le estaba costando mucho poder hablar, ya no tenía fuerzas para hacerlo.

—Hija, busca a tu nana y quédate con ella.

—¿Mi nana? —la joven niega.

Era extraño, su madre nunca le había hablado sobre nada. Ni de su padre, ni tíos, primos, abuelos, nadie. Ella no conocía a nadie, a decir verdad, solo era su madre y ella y de la nada salió una nana.

—¿Qué nana? Mamá, ¿Qué nana?

—Busca en mi habitación, allí está todo —Caterim mira a su hija con amor —. Te quiero mucho, hija mía.

—¿Mamá? —vuelve a fruncir el ceño.

Y en ese instante Caterim cerro sus ojos y no los volvió a abrir, Evelyn se petrifico al ver que el cuerpo de su madre se quedó tan frio rápidamente que se asustó. La soltó de golpe y la vio palidecer en segundos.

—¿Mamá? —y fue lo último que sus labios pronunciaron, luego de eso no supo más de ella ni de su madre.

Fue una sensación muy extraña, era como si su mente comenzara a ponerse en blanco de repente, era como si estuviera a punto de desmayarse. El cuerpo de Evelyn cayó al suelo inconsciente mientras que unas pequeñas gotas de agua comenzaban a caer sobre ella y su madre.

[…]

Evelyn abre sus ojos lentamente entre tanto los reflejos de la luz blanquecida la ciegan, la joven cubre su rostro con el dorso de la mano e intenta sentarse donde quiera que este. En cuanto abre sus ojos parpadea varias veces y se da cuenta de que estaba en una habitación extraña.

—¿Dónde estoy? —dice al tiempo que llega a sus fosas nasales un olor a medicamento.

La pelinegra intenta levantarse, pero justo en ese instante alguien irrumpe en la habitación, era un doctor o al menos eso pensaba ya que iba vestido de blanco. La joven frunce el ceño puesto que no entiende porque estaba en un hospital.

—Hola, ¿Cómo se siente? Soy el doctor de guardia de este hospital.

—¿Por qué estoy en un hospital? —mira al hombre con el ceño fruncido.

—¿No lo recuerdas? —ella solo logra negar —. Alguien te vio en la calle y te trajo aquí porque no reaccionabas.

Evelyn gira el rostro para mirar sus pies los cuales yacían sin zapatos, no podía recordar absolutamente nada.

—¿Recibiste algún golpe en la cabeza?

—¿Golpe? —ella vuelve a mirar al doctor—. No logro recordar nada, no sé porque estaba en la calle.

—¿Recuerdas cómo te llamas? —el doctor se acerca a ella y Evelyn retrocede un poco, pero el medico hace un gesto para que se tranquilizara—. No pienso hacerte daño, solo quiero revisar como estas.

Él empieza a mirar sus ojos y ella solo intenta recordar cómo es que llego a parar en medio de la calle.

—¿Cuál es tu nombre? ¿tienes familia?

—Me llamo Evelyn, y no tengo familia —dijo aquello, pero sintió cierto vacío en su interior que no le agrado.

—Posiblemente saliste a caminar y resbalaste y caíste, te abras golpeado la cabeza para que no recordaras lo que paso.

—No lo se.

—No encontramos signos de agresión en tu cuerpo, y llegaste sin un abrigo, posiblemente alguien te lo ha robado.

Ella ensancha la mirada, todo aquello le preocupaba más de lo que pensaba. Se pregunto si llevaría algo de valor encima.

—¿Recuerdas cómo llegar a tu casa? —ella asiente —. No presentas nada que te lleve a quedar interna aquí, así que tendré que darte de alta.

—¿Y mis recuerdos?

—Por lo que veo, lo único que no recuerdas es lo que paso esta noche, lo demás puedes recordarlo ¿no? —ella asiente —. Supongo que vendrá luego todo lo que te paso, no te preocupes por eso. Ve a casa y descansa un poco.

Evelyn termino saliendo del hospital, el sol estaba muy resplandeciente esa mañana, sin embargo, hacia mucho frio. Se encorva un poco y decide caminar hasta su casa, a pesar de que recordaba toda su vida, no podía rememorar lo que pasó la noche anterior.

Era extraño ya que sentía un vacío enorme en su interior que no la dejaba tranquila, era como si debía recordar algo importante. Niega y continúa avanzando hasta su hogar.

En cuanto llega al mismo, la puerta no tenía seguro, revisa sus bolsillos y no tiene llaves, la joven parpadea varias veces puesto que siente miedo. Algo no estaba bien, medio abre la puerta y observa el interior de su casa, era una mujer de 20 años, tenía que ser valiente.

Toma un paraguas que se encontraba en la entrada y lo usa como arma para ingresar a su propia casa.

—¿Hay alguien aquí? —pregunta con voz suave, pero no obtiene respuestas.

Pero al entrar en su residencia la encuentra vacía llevándola a bajar el paraguas.

—Pero ¿Qué estoy haciendo? ¿de qué demonios tengo miedo?

Todo estaba en orden en su casa, nada fuera de lo común. Muerde sus labios al mirar todo a su alrededor, pero algo si llamo su atención y era un sobre blanco que no vio cuando cruzo el umbral de su entrada.

Regresa a la salida y recoge aquel sobre blanco, lo gira y por el otro lado ve escrito su nombre y aquello la obliga a ensanchar la mirada… rápidamente lo abre ya que posiblemente sea la causa de que no recordara nada.

Pero el contenido escrito del mismo no era lo que ella esperaba.

—¿Una nana? —dice más confundida que antes —. ¿Tengo una nana? —nunca supo nada de su familia, ni de como llego al mundo, ni quien era ella. solo sabía que se llamaba Evelyn Thomson.

Sigue leyendo la carta y en esta explica que debe hacer un viaje a Transilvania, a un pueblo llamado Biertan muy cerca de Rumania.

 —¿Viajar? —nunca había viajado en su vida, siempre creció en esa ciudad.

Relame sus labios al ver que en el sobre había un boleto de avión y dinero que le envió esa supuesta nana que no conocía de nada. Pero quizás era la clave de la razón de su existencia, a decir verdad, ella no sabía nada de su vida.

Mira el boleto y se lo piensa.

—Pero es que no conozco a esa mujer, y mucho menos ese lugar al que debo viajar. Esto es una locura, ¿Cómo pienso viajar de este modo?

Niega y tira el sobre en la mesa mientras que avanza a la cocina, no podía irse así sin más dejando sus estudios tirados.

Se sirve un poco de agua, luego levanta la mirada y ve un espacio solitario en la pared de la sala, frunce el ceño puesto que nota que faltaba algo en ese lugar. Gira un poco el rostro y se da cuenta de que antes hubo un cuadro colgado allí, pero ahora ya no estaba.

—¡Que extraño! —musita rascando su nuca —. Puedo jurar que allí había algo colgado —vuelve a negar y baja la mirada hacia la mesa.

Esa mente en blanco, aquellos recuerdos perdidos de su infancia, y la ausencia de sus familiares la estaban llevando a pensar que hacer ese viaje quizás era la única alternativa que tenía para aclarar todas sus dudas.

Sin embargo, no conocía nada de esa mujer que supuestamente era su nana. Pero que más opción tenia, lo que pasó la noche anterior la dejo mucho más confundida de lo que ya estaba.

—Bien, haré ese viaje y si veo que algo es muy extraño me regresare en seguida.

Necesitaba saber quién era, o de donde provenía. Era imposible que no supiera cuál era su paradero, o al menos si tenía familia a las que pudiera acudir. Desde que tenía uso de razón no podía recordar un solo rostro familiar.

Es que ni en sus sueños recordaba ver alguna cara que le pareciera de la familia, nada, todo en ella era muy extraño.

Bienvenidas amigas lectoras, aqui les dejo mi nuevo proyecto espero que lo disfruten 

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16 chapters
capitulo 1. no se quien soy
capitulo 2. llegada de una extraña
capitulo 3. mente en blanco
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capitulo 5. maravillosa experiencia
capitulo 6. eres mi prometida
capitulo 7. príncipe malvado
capitulo 8. llevándola al estasis
capitulo 9. bruja astuta
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