La vida de Theodore Bourke ha cambiado radicalmente. Cometió errores monumentales y deberá asumir las consecuencias que estos acarrean. Ya no es el mismo joven que se dejó llevar por la rabia y la ira atacando a los que más ama, ahora ya es un hombre que será capaz de dar la vida misma solo por una persona: Fiorella Ortiz. Vive, respira, camina, despierta cada día, sigue su vida solo por ella, todo por ella; es ella quien lo mantiene sujeto a tierra, porque solo por ella respira, aunque a veces sienta que no es merecedor de tanto amor puro. Aquel día, cuando la tragedia los tocó, una parte de él murió porque siempre le va a doler no haber abierto los ojos antes y tal vez se habría evitado tanto sufrimiento innecesario hacia la Fiorella. Han sido dos veces en las que Theodore ha tenido que rescatarla, y si él tuviera que rescatarla cien millones de veces más, lo haría. Siente que fue un completo egoísta, no pensaba en otra cosa, nada más en lo que él sentía, dejándose cegar por la intriga, reconcomio y maldad de terceros, quienes aprovecharon ese punto vulnerable en él y entonces no tuvo reparos en hacer lo que él sentía, debía. Por tal razón hizo lo que hizo, buscó su venganza y la consiguió, llevándose a todo el mundo por delante. El pasado a veces no perdona y este le cobrará a Theodore una vida inocente y durante ese proceso de dolor otros sufrirán mucho más. Él aprenderá de la peor manera y en carne propia que uno mismo se forja su destino. Algunas veces la vida nos obliga a caer al vacío para que aprendamos a volar y entonces nos damos cuenta de que tenemos dos opciones: caemos o volamos.
Leer másPREFACIO
—¡FIORE! NO!Grité aterrado, al ver el cuerpo de mi amor, tendido en el suelo, pálido y sin vida.Me acerqué a ella apresurado lleno de pánico, constaté que aun respirara y gracias al cielo, lo hacía, comencé a llorar de rabia, dolor e impotencia, verla a ella de esa manera, no era nada más que mi puta culpa. Busqué con manos temblorosas el teléfono móvil dentro del bolsillo del pantalón para pedir una ambulancia, al cerrar la llamada, la cargué en brazos y corrí con ella hasta la ducha. Me importó un carajo meterme con la ropa, quería que mi mujer abriera esos ojos que son mi luz a la vida, con una mano abrí el agua fría y me sumergí con ella debajo del chorro, le suplicaba que despertara, se lo imploraba con llanto desgarrador, sentía que me estaba muriendo en ese instante.—¡Por favor, niña hermosa, vamos despierta! ¡No me hagas esto, te necesito! ¡por favor, te lo suplico, te amo, no me dejes!Coloqué su rostro, justo debajo de la cascada, cuando finalmente ella comenzó a toser fuerte hasta vomitar, limpié su boca delicadamente, su rostro igual, llorando de dolor por mi amor, cuando ella abrió los ojos y me vio, bajo la mirada y comenzó a llorar también.—Lo... siento...—No, no mi amor, no tienes la culpa de nada ¿Sí? ¿Escuchaste?, tú no tienes la culpa de absolutamente nada. Tu no debes pedirme perdón, niña hermosa, el único responsable de toda esta m*****a pesadilla soy yo, es por mi causa, soy el culpable, no tu, yo te arrastré a la porquería en la que vivía, la vida no me alcanzará para seguir pidiéndote perdón.***Boston, 2012La fiesta era una locura, no solo nos encontrábamos todos los chicos que nos habíamos graduado, no que va, porque nunca podían faltar los colados de m****a. Mi madre se esmeró en organizar a la perfección el evento, así era ella. Giré a un lado observando a la chica más hermosa, Victoria, tomé una de sus manos llevándola a mis labios, ella siempre prefirió que la llamaran, Tori. Recuerdo claramente esa vez que la conocí, dos años atrás, exactamente el tiempo que teníamos de estar juntos, me atrapó su belleza, su manera tan altanera de ser, de no quedarse callada y mucho menos sentirse intimidada por nadie, aun me costaba creer que me aceptara como novio, no fue una tarea fácil sin embargo me propuse conquistarla a como diera lugar hasta que finalmente lo conseguí. Nos hemos divertido, peleado, tenido diferencias de opiniones, y fue así sido durante el tiempo que habíamos compartido juntos, pero pude notar que la relación se volvió fría, no pasamos de los besos, incluso su cuerpo aun no me pertenecía, decidí respetar su espacio muriéndome en silencio con enormes ganas de saborear cada centímetro de su piel, de igual manera, Victoria me pidió tiempo y lo respeté porque podía ser un hijo de puta algunas veces pero siempre era un caballero, agradezco eso a mi madre.La observé un rato, no la amaba a decir verdad, aunque me inquietó su cambio drástico desde hacía un año, ella no era la misma, la sentía extraña, lejana, preferí ignorar eso porque con ella los días eran relajados y divertidos, tenía cada ocurrencia y ni hablar de su pasión por los autos de carrera, algo me decía que llegaría muy lejos, era muy tenaz.La celebración siguió en casa, había bebido de más sin embargo aun no me encontraba borracho, miré a Tori y me entraron unas ganas enorme de besarla y lo hice. Su reacción me descolocó, me empujó de manera brutal, al punto que perdí el equilibrio, su mirada estaba cargada de ¿rabia? Tal vez era el alcohol que me hacía ver cosas que no eran, la perdí de vista entre la multitud bailando en la pista.—¡Baila conmigo, Theito, anda dime que sí!Gritó en mi cara Sharon con una mezcla de alcohol y perfume caro en su cuerpo, la detallé de pies a cabeza. Ella, era una chica insistente, no perdía el tiempo de abordarme cada vez que Tori no se encontraba a mi lado, y esa noche no sería la excepción. Con un vestido rojo insinuante me haló de la corbata hacia ella y mis ojos quedaron frente a sus enormes pechos, y que me llevara el infierno mismo, porque mi hombría salió a relucir y quería pasar la noche junto a esa lindura. Sonreí perversamente y la seguí hasta la pista para complacerla en su pedido, pedido que solo demoró un minuto porque la muy descarada se puso de espaldas pegando su cuerpo en mi virilidad, ella quería jugar y yo quería aventurarme, ya que ser novio de Tori era sinónimo de castidad, y ya estaba harto de que no me diera más que unos simples besos.Arrastré a Sharon conmigo hacia uno de los cuartos de huéspedes en la planta alta, apenas pude cerrar la puerta cuando ella se abalanzó sobre mí, era una m*****a fiera y comenzamos a besarnos sin control a la vez que nos deshacíamos de nuestras prendas con desespero, cuando por fin estuvimos desnudos la tiré a la cama, no fui muy caballeroso en realidad, y a ella al parecer no le disgustaba mi salvajismo, al tenerla en a mis anchas mi lengua fue directo a su centro, estaba sediento, la lujuriosa mujer tembló, levanté la vista y vi como ella se mordía los labios mientras se masajeaba sus pechos, eso me excitó mucho mas, con rápidos movimientos saboreándola conseguí su primer orgasmo, me levanté apresurado para localizar un condón cuando ella con voz extasiada me informó que se cuidaba con la píldora, esas palabras fueron un canto de pájaros, sonreí perversamente a la preciosa y voluptuosa mujer, le esperaba la noche más rica de su alocada y jodida vida.Eran las nueve de la mañana. Una llamada de Tori me levantó de un sueño profundo, quería verme urgentemente y me citó en uno de los restaurantes de la calle Newbury Street. Faltaba hora y media para verla, me preocupé de que se hubiese enterado de mi nochecita ardiente con Sharon, por fortuna esta entendió que solo fue sexo, las ganas de ambos, así que se fue tranquila y campante antes de que amaneciera. Me digné a buscar a mi querida novia la noche anterior pese a su mal genio para llevarla de regreso a su casa luego del primer round con Sharon pero no la encontré por ningún lado, asumí que se había marchado molesta y ni sabía el porqué, le marqué a su celular en varias oportunidades y tampoco obtuve respuesta alguna, regresé de nuevo con el monumento de mujer que me esperaba desnuda y dispuesta en una de las habitaciones de huéspedes esa noche.—Theo.Troy me saludó con media sonrisa algo tensa en su rostro mientras se sentaba cercano a mí en las sillas de la terraza en donde solíamos tomar el desayuno. Mi hermano parecía un viejo, tan solo era cinco años mayor que yo, y a veces se comportara demasiado serio para mi gusto; sin embargo lo quería mucho, desde que tenía uso de memoria había estado al pendiente de nuestro hermano Tom y de mi, parecía un segundo padre pese a que no era el mayor de los tres.—Hola, viejo verde. ¿Que tal Tokio? —le correspondí el saludo. La mañana se encontraba serena.—Excelente. Trabajando arduamente en la esperada fusión con los inversionistas en esa ciudad, no sabes lo que me ha costado —dijo eso observando su celular que comenzó a sonar con la alerta de un mensaje. Lo leyó y arrugó su frente de manera nerviosa, levantó sus ojos chocolate hacia mí, dudoso. Raro.—¿Ocurre algo? —pregunté curioso.—No —respondió a secas.—¿Sabes? Necesitas buen sexo y una mujer en tu vida hermano, te hablo en serio —él soltó una carcajada bastante extraña y ridícula. Ese era Troy, desde que había tomado las riendas de la compañía en Tokio. Serio y aburrido.—¿Tú crees? —expresó neutro.—Sip —respondí a mi adorado hermano —lo creo, y mejor voy a cambiarme, veré a Tori, se ha comportado un tanto extraña últimamente. Mujeres —suspiré —Troy, se ahogó con el sorbo de jugo que se había tomado. Le di unas palmadas en la espalda.—Estás de asilo, viejo verde —le bromeé. Rió de la manera como lo hacía siempre, una risa cálida. —Espero verte antes que partas a Tokio.—Cuenta con ello.En la sala de parto todo era surrealista y se mostraba en colores vivos y muy brillosos, habían transcurrido cinco horas ya, las horas eran lentas aun así mantenía la calma, por mí, por el bebé y por Theo.El cuello uterino se había dilatado tan solo cuatro centímetros, faltaban diez más para que mi niño pudiera salir. Las contracciones iban incrementando y el desespero en mi esposo igual aunque, no dejaba de hablarme, sonreírme, infundirme ánimos y mucho menos de regalarme besos sin importarle lo sudada que me encontraba.Seis horas más en labor de parto y Aleix llegó al mundo, apenas salió de mí cuerpo lo colocaron en mi pecho, lloré sin parar al verlo frente a mis ojos, es una emoción a la que no logro darle explicación, salvo las palabras: extraordinario milagro, y mi esposo en mi hombro, lloraba cargado de emoción tanto como yo.—T'estimo amor meu bienvenido al mundo —fueron mis primeras palabras para mi hijo recién nacido, las primeras fueron en catalán "te amo amor mío".—Hola b
FiorellaAño y medio después.¿Se puede ser feliz?Por supuesto que sí, siempre y cuando tú te lo permitas.Estoy de pie en la entrada de la puerta a nuestro hogar, en donde al parecer hubo una batalla campal sin dar tregua ni descanso posible, con las manos reposando en la cintura me debato en dos acciones, si recoger la juguetera esparcida por todo el piso o hacer empeño en que nuestros hijos recojan ellos mismos semejante desorden que han provocado, aunque el principal responsable es él, mi cielo más hermoso, Theodore, es él quien los provoca e incita al desorden. Da la impresión que retrocedió en el tiempo, parece un crió más cuando es perseguido por los niños mientras juegan. Lily, ya tiene dos años y nueve meses, es muy conversadora, cosa que no me extraña porque casi a diario comparte con sus dos primas mayores; Andrew, con dos añitos y un mes aprendió a caminar un poco tarde, era bastante flojo mi niño, pero cuando por fin dio los primeros pasitos nadie lo detuvo y desde que a
Siempre se ha dicho que ver a la novia antes de la ceremonia es de mala suerte. Me importó muy poco, debía ser yo quien guiara a mi mujer hasta aquel bosque y así sería, por otro lado ella y yo habíamos vivido momentos terribles el tiempo que llevábamos juntos así que a esas alturas de la vida, esta ya nos había cobrado lo suficiente.Llegado el momento cuando la vi con su vestido de novia se me secó la garganta; sin pestañar la vi largo rato, la supuesta mala suerte por verla antes se podía ir a la mierda.¿Podría amarla mucho más? Si, eternamentePara llegar a Hallerbos el mágico bosque azul, era en tren. Resultó divertido colocar un vendaje en los ojos de mi amor y guiarla a cada rato paso a paso. La gente nos miraba curiosos y sonreían al ver mis intenciones. Abordamos el tren, el cual tardaría unos veinte minutos aproximadamente en llegar. Frotaba mis manos con excitación, ansioso por lo que nos esperaba. Los niños estaban con sus abuelas en los puestos delanteros y Arlet me sorp
Dentro de cuatro días partiríamos a Bélgica. Nuestros padres ya se encontraban allá, agilizando algunos inconvenientes y detalles del lugar en vista de que el bosque azul es resguardado como un gran tesoro, obtener los permisos para realizar la ceremonia allí nos había costado, pero gracias a que mi padre tiene numerosas amistades logramos que nos concedieran al menos dos horas. Ansiaba ver el rostro de Fiorella cuando se diera cuenta del lugar que escogí para terminar de sellar nuestra relación como esposos.Eran un poco mas de mediodía, y nos preparábamos para salir, queríamos darle un paseo a nuestro hijo y el día se encontraba soleado con un clima agradable. Decidimos ir al Boston Common, un parque bastante amplio en el centro de Boston. Conducía por las calles de la ciudad que me vio nacer, con mi familia acompañándome. Andrew, sentado en la parte trasera resguardado en su silla jugaba con un pequeño coche de peluche en sus manos. Fiorella, no dejaba de mirarme, le di una rápida
—Familia, los reunimos esta noche porque queríamos compartirles una gran noticia. Como todos saben, hace un poco más de dos meses, tuvimos una lamentable pérdida, vivimos la peor pesadilla de nuestras vidas como pareja, nos separaron forzosamente por varias semanas, semanas que para Fiorella y para mí nos marcaron el corazón, ella perdió a nuestro bebé y yo casi la pierdo a ella, me habría vuelto loco y hoy no estaría aquí con ustedes si ella no estuviera respirando a mi lado. La vida nos da unas lecciones tremendamente fuertes, a unos más que otros, aun así no debemos decaer, aun así debemos continuar luchando por encontrar la felicidad, no perder ni un ápice de esperanza. Cometí errores, sufrí las consecuencias de estos y pagué con creces, por eso me siento profundamente bendecido y estoy agradecido con la vida, por ella —me giré a verla, me miraba con esos ojos marrones saturados de lágrimas —y por ella siempre buscaré las mil maneras de verla sonreír, por eso cuando cayó en esos
Cuando ella, mi luz de amor, mi Fiorella quedó embarazada tuve otra percepción de lo que implicaba convertirme en el padre de un ser y de un ángel tan puro como lo sería su madre, ella quien con las pulsaciones de sus latidos en cada beso que me regala era lo mejor de mi vida.Cuando nos dieron la inesperada y repentina noticia no tuve la mejor reacción que se supone un padre debería tener al enterarse de tan extraordinario y nuevo acontecimiento, no lo hice entonces porque mi estado de vulnerabilidad por ella con nuestro hijo en su vientre aumentaba el doble de riesgo para ellos, y ese temor opacó por completo la felicidad del momento tras enterarnos de la buena nueva porqué tuve un mal palpito con nuestro pequeño, en ese momento si las cosas hubiesen sido de otra manera habría gritado como loco de felicidad extrema y absoluta, pero el miedo por unos segundos detuvo la dicha de la majestuosa noticia, para mi desgracia, estuve en lo cierto, mi pesadilla se hizo realidad el día que
Último capítulo