La Fundación Renacer apenas cumplía su tercer día desde el anuncio público y ya los medios la proclamaban como un movimiento revolucionario. Los portales noticiosos, influencers sociales y economistas no paraban de debatir la magnitud de su jugada.

Pero Aelin sabía que en el mundo donde ella se movía, las reacciones no solo venían en forma de titulares.

La verdadera respuesta… venía en silencio. Y ese silencio acababa de romperse.

En la madrugada.

Aelin no dormía. Se encontraba en su estudio privado, descalza, con una bata de seda azul oscuro y una taza de té que ya se había enfriado. Frente a ella, en la pantalla táctil de su escritorio, aparecía un correo recién recibido en su bandeja de seguridad cifrada.

Remitente: «CuervoCiego».

Ella arqueó una ceja. Ese nombre solo lo conocían tres personas.

Luego abrió el mensaje: «No hay tiempo Aelin, te están cercando, Están activando la Operación Mute. No confíes en nadie fuera de tu círculo interno. Localiza a Sasha y Darian. Borra t