La ciudad aún no se reponía del escándalo de la revelación de Aelin Valtierra cuando, apenas una semana después, las invitaciones comenzaron a llegar.
En sobres color marfil, selladas con cera dorada, y un emblema nuevo: un fénix alzando el vuelo desde cenizas oscuras. «Fundación Renacer»
No se especificaba el contenido del evento, ni el porqué.
Solo había fecha, y hora, y lugar.
Y una línea simple: «Presencia obligatoria».
Los empresarios, políticos, influencers y líderes de fundaciones benéficas no podían permitirse ignorar esa orden disfrazada de cortesía.
Leonard recibió la suya mientras almorzaba con su abogado. —¿Renacer? ¿Qué demonios es esto?
El abogado palideció al ver el emblema. —Es ella, dijo.
Leonard rompió el sobre con fuerza. —¿Otra gala? ¿Quiere jugar a las muñecas otra vez?
===/===
El evento comenzó con precisión suiza. Las cámaras estaban colocadas en los ángulos justos. La iluminación era cálida pero imponente.
Cada asiento estaba marcado con nombres es