Venus Almanza quería consolar a su hermana pero no sabía de qué manera lograr curar el dolor que sabía sentía su querida Rafaela, después de todo que te planten en el altar es una m****a que te deja marca hasta en los huesos.Rafaela no se permitió llorar hasta que llegaron al auto, entonces allí pudo dejar salir su dolor, ella sentía querer a Santiago demasiado, por él ella lo daba todo, le había ayudado con su padre lo más que había podido, lo apoyaba en cada negociación que hacían, siempre estuvo haciéndolo fuerte a su lado, solo había habido una sola cosa que no le dió, Rafaela no se entregó a su prometido por qué quería llegar virgen al matrimonio, ese sería su regalo de bodas—Rafaela, éste no es el fin del mundo, te vas a levantar de ésta ya lo verás! —Venus abrazaba a su hermana con mucho cariño cosa que no le daba a cualquiera, Venus era muy reservado en cuestión de afectos —Estaré bien Venus, ahora bájate aquí y ve a cancelar todo lo de la boda, necesito que hagas eso por m
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