Filtrar por
Actualizando estado
TodosEn procesoCompleto
Clasificar por
TodosPopularidadRecomendaciónEvaluaciónÚltima actualización
Después de darle libertad a mi esposo, él entró en pánico

Después de darle libertad a mi esposo, él entró en pánico

En el séptimo año de matrimonio, el muy bravo del Juan Cruz besó en frente de todos a la secretaria de la empresa en un bar. Cuando me di la vuelta para irme, él me llamó por celular. —¡Solo fue un pequeño desliz entre amigos, ¿por qué me pones esa cara! —todavía podía escuchar las burlas de aquellos amigos, diciendo que esta noche volvería a ponerme celosa y a rogarle a Juan que no me dejara. Antes de colgar el teléfono, Juan me advirtió que, si no me disculpaba de inmediato, no volvería a casa. Pero esta vez no me importaba, ya no me preocupaba si regresaba o no, ni siquiera si se divorciaba de mí. Tres minutos después, publiqué en mis redes sociales: "Ámate siempre y deja que cada persona siga su propio camino."
Cuento corto · Romance
1.5K leídosCompleted
Leer
Añadido
Dejé de ser la sustituta y el millonario me mima

Dejé de ser la sustituta y el millonario me mima

En toda la Ciudad Santa Lucía se sabía bien: yo era la muchacha consentida, la que Roberto Salazar y Alejandro Pedraza llevaban en el corazón. A los doce años, Roberto me rescató de las manos de un padre violento y me regaló una segunda vida. Me juró que estaría a mi lado para protegerme siempre. A los trece, Alejandro rentó un parque de diversiones entero solo para celebrar mi cumpleaños. Me dijo que cuidar mi sonrisa sería la misión de toda su existencia. Este año cumplí veintitrés, y aun así, en pleno invierno me encerraron tres días enteros en un ático oscuro y helado. Cuando mi cuerpo ya no respondía y la conciencia se me escapaba, ellos estaban acompañando a su amiga de la infancia que había vuelto: Paola Fuentes. —Todo lo que tienes me pertenece. Ya es hora de devolvérmelo —me dijo Paola. Después de escucharla, no lloré ni hice escándalo: simplemente me fui en silencio. Ellos, en cambio, se volvieron locos buscándome durante años.
Cuento corto · Romance
1.8K leídosCompleted
Leer
Añadido
La Máscara del Amor

La Máscara del Amor

Mi novio de diez años se casó con mi hermana. Tras lo cual, el profesor más joven de la Universidad del Norte Fronterizo, Javier Santiago, publicó un comunicado en el sitio web oficial de la escuela, anunciando públicamente nuestro compromiso. Durante siete años de vida en pareja, él siempre fue gentil y responsable, como si me viera como lo único en su vida. Hasta que por casualidad escuché su conversación con un colega: —Rosa ya es la terapeuta con más potencial del Norte Fronterizo, ¿vas a seguir actuando con esa mujer? —Para que Rosa viva tranquila, estoy dispuesto a seguir manteniendo la relación de pareja con Helena. Así ella no va a volver a desestabilizar la familia de Rosa. Me quedé en silencio, parada al otro lado de la puerta, escuchándolo hablar con ese tono tan calmado, convirtiendo mis siete años de amor profundo en una «actuación cooperativa». En su cuaderno de investigación, cada página tenía escrito el nombre de Rosa. «Que la investigación de Rosa vaya bien.» «Que mi amada Rosa sea la mujer más feliz.» *** «Rosa, estoy dispuesto a pasar la vida con una mujer que no amo, a cambio de que tengas esa sonrisa feliz en tu cara todos los días.» Siete años compartiendo la cama, como un sueño muy largo. El día de nuestro séptimo aniversario, me subí al teleférico que ya había reservado. Con la luz del amanecer, a mil metros de altura, abrí la puerta de la cabina. Bloqueé el enlace mental, me bebí la poción para romper el vínculo y salté. Al enterarse de la noticia, Javier rápidamente trajo al equipo de búsqueda más profesional del Norte Fronterizo. Desplegó un rescate exhaustivo, queriendo encontrar mi cuerpo... En el valle, gritaba mi nombre una y otra vez, como si el arrepentimiento tardío pudiera devolverme la vida.
Cuento corto · Hombres Lobo
1.8K leídosCompleted
Leer
Añadido
Para salvar su primer amor, mi marido me sacrifica como ofrenda

Para salvar su primer amor, mi marido me sacrifica como ofrenda

Su primer amor y yo fuimos secuestradas al mismo tiempo. Mi marido, negociador especialista, llegó de primer momento a salvarnos. Pero cuando el atracador accedió a liberar a sola una rehén, mi marido optó por ella. Le supliqué a rodillas que me salvara primero, pero se quedó inexpresivo. —Tatiana es innocente y pura, no puede vivir si la violan. Pero tú estás casada, no te abandonaré aunque estés sucia. Me empujó con fuerza al atracador. Seguramente no sabía que yo estaba embarazada de tres meses y él estaba a punto de ser padre.
Cuento corto · Romance
1.3K leídosCompleted
Leer
Añadido
Mi novio rico elegió salvar a mi hermana adoptada

Mi novio rico elegió salvar a mi hermana adoptada

Mi hermana adoptada, Jazmín, causó la péridida de un millón y medio a un cliente por especular en bolsa ilegalmente. El cliente, frustrado, vino a buscarla con arma en mano. Jazmín y yo fuimos acosadas por este. Mi novio, un magnate en el mundo empresarial, vino corriendo para salvarnos, cuando le tendimos nuestras manos suplicando ayuda al mismo tiempo, él apartó la mía con un golpe furioso y dijo con desprecio: —¡Rosa, deja de hacerte la enferma, que a lo mejor te cae una buena por fingir tanto! Jazmín tiene cardiopatía congénita, ¡tengo que llevarla al hospital de inmediato! ¿Hacerme la enferma? ¡Yo era la que tenía cardiopatía congénita! Mientras se celebraba mi funeral, mi novio se cegó en mi velatorio. Más tarde, el famoso “ojo de halcón” del mundo financiero vivió su vida en la oscuridad del remordimiento.
Cuento corto · Romance
1.4K leídosCompleted
Leer
Añadido
Diez Dólares, Dos Vidas

Diez Dólares, Dos Vidas

Últimamente, en la Manada Luna de Sangre no se habla de otra cosa: el Alfa, Gael Ibarra, decretó que en la Casa del Alfa nadie puede gastar más de diez dólares al día. Sí, diez miserables dólares. Y lo peor: esa regla absurda no vino de ninguna tradición ni consejo de ancianos, sino de su flamante “planificadora financiera”, Lía Rosales. Yo, la Luna, por gastar apenas un dólar de más en medicina, fui arrastrada al patio y condenada a veinte latigazos. Con apenas dos golpes, ya sentía la piel desgarrada y la falda pegada a la sangre. Mi asistente corrió hacia mí, desesperada, llorando: —¡Basta, por favor! ¡La Luna está delicada, no puede soportar un castigo así! Pero Lía levantó el brazo con más saña: —¡Veinte por un dólar de más! Eso fue lo que me prometió el Alfa. ¿Quién se atreve a desobedecer? Me abracé el vientre, jadeando, y con la voz hecha un susurro logré decir: —Llamen… al Alfa… Gael llegó rodeado de su séquito. Cuando sus ojos vieron mi espalda hecha un mapa de sangre, brilló en ellos algo que parecía compasión. —Lía, basta ya —ordenó. Ella lo miró con lágrimas contenidas: —Cuando me trajiste, dijiste que todos iban a obedecerme. Ni siquiera he usado la fuerza. ¿Ahora te vas a echar atrás? Dio media vuelta, ofendida. Gael le sostuvo el brazo y murmuró con cansancio: —Está bien… yo no me meto. No te desgastes. Que sigan los guardias. El cuero siguió azotando mi carne hasta abrirla en carne viva. Un calor tibio se desbordó entre mis piernas y, sin entender por qué, solté una risa quebrada que me llenó los ojos de lágrimas. Al día siguiente, cuando por fin Gael se acordó de mí y mandó llamar a la sanadora, encontró a mi asistente destrozada, abrazada a mi cadáver. —Luna… ¿cómo pudiste irte así? —sollozaba—. Dos vidas… dos vidas…
Cuento corto · Hombres Lobo
1.4K leídosCompleted
Leer
Añadido
La Hija que Desearon No Haber Tenido

La Hija que Desearon No Haber Tenido

Antes de cumplir dieciocho, yo era la princesa adorada de la familia Moretti. Todo eso cambió en mi cumpleaños número dieciocho, cuando mi padre llegó a casa con una niña huérfana llamada Carina. —Ella necesita un hogar —dijo mi padre—. Tú la cuidarás, como a una hermana. A partir de ese instante, nada volvió a ser igual. Mi hermano, que antes me consentía, se volvió frío y distante. Y mi prometido… su amor por mí pareció reducirse de la noche a la mañana. La familia elogió a Carina por su dulzura y obediencia, asegurando que era una hija mucho mejor que yo, su propia sangre. Después de que me relegaron por Carina demasiadas veces, al final me quebré y agarré la manga de mi padre. —¿Acaso la sangre no significa nada? —pregunté. La furia de mi padre estalló. Protegió a Carina, con el rostro empapado en lágrimas, y delante de todos los miembros de la familia me abofeteó. —Basura egoísta. Ojalá nunca te hubiera tenido —escupió. —Traes vergüenza a esta familia —dijo mi hermano Marco con voz fría como un acero—. Lárgate. Y mi prometido, Vicente, me miró con decepción: —Si tan solo desde el principio me hubiera comprometido con Carina… —murmuró. Creyeron que me arodillaría a sus pies, como siempre hacía. Pero no dije nada. Caminé hasta la caja fuerte familiar, saqué los documentos oficiales y tracé una sola línea sobre mi nombre. Me quité el anillo de compromiso del dedo y lo puse en la mesa. Les di a Carina todas las cosas que ellos pensaban que yo no merecía. Al fin y al cabo, me quedaban solo unos pocos días de vida. Pero entonces no sabían que, en medio de la ruina de la familia Moretti, algún día se arrodillarían bajo la lluvia y suplicarían por mi regreso.
Cuento corto · Mafia
1.5K leídosCompleted
Leer
Añadido
Nunca te decepcionaré

Nunca te decepcionaré

Tras cinco años de matrimonio sin sexo, me llegó un mensaje de una reserva de hotel de mi esposo con otra mujer. Al segundo siguiente, alguien envió al grupo de chat del trabajo varias fotos en las que aparecía yo con ropa sensual para seducir a mi esposo, quien me rechazó con frialdad. Seguidamente, aparecieron comentarios burlones: "Esta mujer obligó al CEO, Javier Cano, a casarse con ella, pero él mantuvo su pureza después de dejar a su verdadero amor." "El CEO la aguantó cinco años, es comprensible que no pueda aguantar más y se reencuentre con su amada." Mi padre, ya de por sí enfermo, no soportó las noticias y falleció, pero mi esposo ni siquiera apareció en su funeral. Esa noche, me arrodillé frente la madre de Javier y le propuse nuestro divorcio. -Al principio, usted dijo que yo era la persona destinada para Javier, que casarnos le aseguraría un futuro brillante, y acepté al acuerdo de cinco años porque usted aceptó pagar voluntariamente un tratamiento médico de precio exorbitante. Ya que el plazo se ha cumplido, debe dejarme ir.
Cuento corto · Romance
1.5K leídosCompleted
Leer
Añadido
Después de Que el Alfa Fingió Su Muerte, Corté el Vínculo de Compañeros

Después de Que el Alfa Fingió Su Muerte, Corté el Vínculo de Compañeros

Desde que perdí a Carlos, mi Alfa, en una brutal pelea contra unos forasteros despiadados, había estado criando a nuestro pequeño hijo, Felipe, completamente sola. Mi antigua manada había estado presionándome para que tomara un nuevo Alfa, con la finalidad de que Felipe y yo tuviésemos protección. Pero realmente creí que mi vínculo de compañero con Carlos era inquebrantable. Entonces, durante la ceremonia de Luna de Sangre, en el quinto aniversario del «sacrificio» de Carlos, escuché por casualidad a su padre, el viejo Alfa Marco, despotricando contra el silencioso hermano gemelo de Carlos, Román. —¡Carlos! ¡Maldito lobo! ¡Fue Román quien cayó en el Acantilado de la Luna de Sangre hace cinco años! ¡Él era el que estaba maldito! ¿Fingiste tu muerte y viviste como Román, para proteger a Alicia? ¡Le mentiste a toda la manada, a tu compañera sagrada y a tu propia sangre! ¿Valió la pena? Durante cinco años, Elena ha criado a Felipe desde que era un cachorro, completamente sola. Le diste a tu supuesto «sobrino» un «padre» falso, pero ¿alguna vez pensaste que el día que te pusiste la máscara de Román, Felipe perdió a su verdadero padre para siempre? Sentí como si un rayo me hubiera alcanzado. Después de que Carlos «había muerto», Román había sido el tío devoto, «cuidando» de Felipe y de mí. Nunca imaginé que era Carlos disfrazado. ¡¿Hizo todo eso solo para proteger a Alicia, la compañera destinada de Román, que ya estaba embarazada?! Esa noche, bajo la luna brillante, me escabullí y le envié un mensaje a mi primo, el Beta Jefe de la Manada Luna Plateada: «Dile al Alfa Luciano que yo, Elena, acepto su propuesta de cortejo.»
Cuento corto · Hombres Lobo
1.6K leídosCompleted
Leer
Añadido
La Vergüenza de los Hermanos Alfa

La Vergüenza de los Hermanos Alfa

Mis hermanos trillizos alfa me encerraron en el sótano después de que mi hermanastra Elena me echara la culpa de haber matado a su loba por haberle dado un pastel de almendras. Habían cerrado la salida con cadenas de plata, y mi loba no paraba de aullar y de rogarles que me dejaran salir. Pero mis hermanos no quisieron escuchar. Diego, mi hermano mayor, me gruñó con rabia: —¡Maldita! Sabías muy bien que era alérgica a las nueces y, aun así, le diste ese pastel. ¿Sabes lo que pudo haberle pasado a su loba? ¡Te quedas aquí hasta que aprendas la lección! Sergio, mi segundo hermano, y Carlos, mi hermano menor, me atacaron, diciendo: —¡Eres horrible! Todavía te haces la víctima en vez de aceptar lo que hiciste. ¡Quédate ahí adentro, te lo mereces! Luego se convirtieron en lobos y se llevaron a Elena, que estaba temblando como una hoja, directo al hospital de la manada. Me quedé allí, respirando con dificultad mientras el aire cargado de partículas de plata llenaba mis pulmones. Mi loba lloraba en silencio, y yo sabía que no había escapatoria. Al final, me morí ahí mismo. Tres días pasaron antes de que recordaran mi existencia. Fue hasta que Elena regresó del hospital que vinieron por mí. Pero ya era demasiado tarde… Ya había muerto en aquel sótano de plata.
Cuento corto · Hombres Lobo
1.4K leídosCompleted
Leer
Añadido
Anterior
1
...
121314151617
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP