La exnovia de mi ahora novio, Santiago, Isabella publicó un video en sus redes sociales. En el video, se les veía como mi novio y ella estaban jugando a pasarse una carta de poker con los labios. La carta cayó, y sus labios se rosaron, comenzando un beso apasionado a lo que se apartó la grabación de la escena. El pie de foto decía: —¡Sigues igual de torpe! Yo estaba mirando semejante canallada desde el hospital, estaba pasando mucho dolor por que al parecer había tenido un aborto espontaneo. Sin decir nada, le di me gusta y comenté: —Felicidades a ambos. Al instante, Santiago me llamó y empezó a gritarme por celular. — ¿No me digas que vas a comenzar con tus escándalos de mierda? ¡Solo nos estábamos distrayendo un poco con Isabela! ¿Ya que video te vas a poner a inventar? Sabía que, después de doce años de relación, todo lo que había compartido con él era solo una ilusión. Yo no iba a soportar que alguien me engañara, no más. Era pues entonces hora de agarrar mis chiros y marcharme.
Leer másAl escuchar esto, no sentí ningún cambio en mi interior.Como era de esperar, cuando dejas de amar, te vuelves completamente indiferente ante esa persona, Santiago ya no representaba para mí una persona en la cual confiar, mucho menos una con la que tendría un hijo.— Santiago, ese día te llamé más de diez veces y todas las colgaste.— ¿Qué estabas haciendo en ese momento? Oh, estabas ocupado besando a Isabela, ¿verdad?Isabela, que estaba a un lado, parpadeó con cara de víctima, levantó una copa de vino tinto y se acercó.— Valentina, de verdad no sabía que la situación era tan urgente.— ¿Por qué no perdonas a Santiago? Mira, acabas de divorciarte de él y ya encontraste un reemplazo.— A diferencia de Santiago, quien solo te ama a ti al parecer. Esta copa simboliza mi respeto a ti. ¿Podemos dejar atrás lo que pasó?En medio de las expectativas de todos, tomé la copa de su mano.Y de inmediato, se la eché en la camisa.En un segundo, el vino tinto se derramó sobre la cabeza de Isabela
No pasó mucho tiempo antes de que recibiera un mensaje de Isabela.— No te creas que, porque amenaces a Santiago con el divorcio, vas a poder arrebatarme de él.— A él le gusto yo, la empresa de Santiago, el dinero de Santiago, la casa de Santiago, todo será mío en el futuro.— ¡Pronto seré la dueña de su empresa! Aunque te duela, gorda envidiosa.Respondí en silencio.— Pero en realidad, solo eres la amante, él nunca se casaría contigo porque no eres más que un pobre trofeo que no tiene nada que ofrecer.Isabela:— Los que no son amados son los verdaderos amantes.Oh, qué estupida, quizás ni siquiera sabe que la casa está a mi nombre.Por cierto, hablando de la empresa…Reuní a algunos empleados confiables y capaces de mi antigua empresa en un grupo.Les dije que pronto abriría una nueva empresa.Si no les importaba, serían bienvenidos en mi nueva compañía.Las condiciones serían las mismas que antes, los salarios solo subirían, no bajarían.Al escuchar esto, los empleados aceptaron
Al escuchar esto, una ola de náuseas me recorrió por dentro.Hace unos días, Santiago dijo que quería comer costillas.Bajo el sol ardiente, y con mi sombrilla me fui a comprar las costillas y preparé unas deliciosas costillas BBQ que llevé a la oficina.Cuando estaba emocionada, esperando que Santiago disfrutara de mi cocina, Isabela me envió una foto de su chandoso comiendo costillas.— Oye amiga, al perro no le gusta la comida tan salada, ponle menos sal la próxima vez.Volviendo al presente, mirando a este hombre algo desaliñado, no pude evitar sentir una mezcla de emociones.Santiago disfrutaba de la felicidad con Isabela, disfrutaba del valor emocional que le aportaba su actitud coqueta y linda. Le gustaba que ella no era complicada, la vida con una chica joven puede ser sencilla en muchos aspectos, pero Santiago no estaba dispuesto a cambiar la comodidad que yo le brindaba por una aventura o eso parecía. Igual él ya había tomado la decisión meses atrás y yo sin él estaba much
Estuve mirando aquella foto durante mucho tiempo, perdida en mis pensamientos. El nunca subía fotos conmigo, ¿por qué con ella sí? Sentí una rabia profunda.Mi mamá se acercó suavemente y me cubrió con su brazo sobre mi hombro.— Valentina, el hijo de tía Crisol, Leandro, acaba de regresar al país en estos días. Podríamos ir a cenar juntos.Después de decir esto, ella me miró con algo de duda.Sabía que mi mamá quería presentarme a un chico adecuado de esa manera. Pero también temía que me disgustara, pues cuando era más joven siempre gritaba que el amor debía ser libre, pero también comprendí que solo quería ayudarme y levantarme el ánimo.Sonreí sin mucha expresión.— Está bien, entonces muchas gracias mamá.Tal vez era por la culpa que sentía hacia mis padres, después de todo, a mi edad todavía se preocupan por mí.Aparentemente mi capacidad para juzgar a las personas no es buena, Santiago solo me había utilizado y los actos de amor que me daba nunca fueron suficientes solo eran pa
Arrastrando mi maleta y mi cuerpo agotado, regresé a casa. Mi papá, al verme, se sorprendió un poco.— Valentina, ¿qué haces aquí?Bajé la cabeza y no respondí.Mi mamá, al ver mis ojos hinchados, ya adivinó algo.— Valentina, dime, ¿es cierto que Santiago te hizo algo?Mis ojos ardían, y me esforzaba por controlar el impulso de llorar.—Santiago me fue infiel, voy a divorciarme.Mi mamá no preguntó más, solo me abrazó y, entre sollozos, dijo:— Valentina, si tú crees que esto es lo mejor, entonces debe ser por algo. Mamá te apoya.Fui a mi habitación, saqué el celular y me di cuenta de que lo había dejado en modo silencio.Tenía decenas de llamadas perdidas.No hice caso, dejé el celular a un lado.Un minuto después, el teléfono volvió a sonar.Del otro lado, Santiago estaba furioso.— Valentina, ¿dónde estás?— ¿Te crees que divorciarte es un juego? ¡Te doy una hora para que regreses!— Y te quedan cincuenta y nueve minutos...—Qué nervios— dije de manera irónica.No me importaban e
Fue solo un instante, pero entendí todo.Doce años de relación, al final no pudieron resistir un solo llamado de Isabela.Mi alma parecía ser arrancada de mí de un solo golpe.Estaba tan cansada que me tumbé en la cama y caí en un sueño profundo.Cuando desperté, ya era la mañana del día siguiente, y Santiago no había vuelto.Tenía los ojos un tanto hinchados por las lágrimas, pero luego de lavarme la cara todo volvió a la normalidad.Sentí un poco de hambre, así que abrí el navegador y elegí un restaurante que había querido probar desde hace tiempo.El estómago y el corazón, uno de los dos tenía que estar lleno.Conduje hasta el restaurante, y al entrar, vi a Santiago y Isabela.Estaban abrazados, como una pareja de enamorados.Cuando me vieron, Santiago se llenó de disgusto.— Valentina, ¿Qué haces aquí? ¿me estás siguiendo?— ¿De verdad has llegado a este punto? ¡Es suficiente!Suspiré con resignación. No encontraba a nadie más en el mundo que tuviera tanta mala suerte como yo.— No
Último capítulo