El día de San Valentín, descubrí que mi cuñada estaba engañando a mi hermano, no soy muy buena comunicándome, no encontré una mejor manera para decirle que escribirle lo que vi. Sin embargo, él me gritó furioso, no pudo aceptarlo, nunca ha confiado en mí, ¿Cómo podría pues creerme? Me grito y diciéndome que me largara, me señalo de destruir su única felicidad, que es solo ella. Más tarde, mi cuñada llamó a su exnovio, quien terminó secuestrándome en un lejano lugar. Se burlo de mí por no hablar y me obligó a vender docenas rosas en el mercado nocturno, odie aquel día. Intenté pedir ayuda a mi hermano, pero él respondió con fastidio: —¿Puedes acaso dejar de fingir? No tengo tiempo para ponerme a jugar a las escondidas contigo. Cuando un camión me atropelló por accidente, mi hermano seguía dulcemente engañado en los brazos de su esposa. Ja, ja. Que ironía. Después de eso, por fin encontré mi liberación, mi verdadero camino comienza ahora. Si reencarno en esta vida o en la otra, quiero tener un hermano diferente, uno que tan siquiera no me deteste estaría más que suficiente.
Leer másDespués de arreglar todos los asuntos pendientes, mi hermano se tumbó en lo que fue mi habitación, abrazando uno de mis viejos peluches mientras rompía en un llanto incontrolable.En los últimos días, su mente había estado perdida, sin reunir el coraje necesario para reclamar mi cuerpo en la morgue de la ciudad En su intento desesperado de encontrar algún recuerdo mío, algo que le conciliara y trajera consuelo, se dio cuenta de que en todos estos años nunca habíamos sacado una foto juntos y eran contados los recuerdos realmente felices.Mientras revisaba las redes, encontró videos y transmisiones que documentaban los momentos en los que Reina Aguirre me había acosado y humillado públicamente. Vio cómo se burlaban de mi familia y cómo Reina me pisoteaba sin piedad en el suelo, y eso lo destrozó.—Beli, ¿por qué yo no te entendía cuando me dijiste que alguien te estaba haciendo daño? —murmuró entre lágrimas.Aquí recordaba cuando le había contado años atrás. Justo en ese momento, él me h
Mi hermano llevó a un grupo grande de personas al aeropuerto, como si todavía me tuviera bajo su protección, como en los viejos tiempos. Antes, habría deseado que él me cuidara así; ahora, sin embargo, todo ese ruido me parecía más bien bastante insoportable, no hay forma de remediar la decepción de mi muerte. El auto aceleró a toda velocidad y, justo antes de que Paloma pudiera abordar su vuelo, llegamos al aeropuerto. Mi hermano la vio entre la multitud y corrió hacia ella, arrastrándola fuertemente fuera de la fila.—¡Maldita! ¡Como te atreviste! —le gritó con furia mientras la abofeteaba. —¡Mataste a mi hermana y aun así intentas huir!!Eres peor que la mierda misma!Belinda, negando cualquier responsabilidad, exclamó con fingida indignación:—¿Qué haces? ¡Solo iba a viajar con mi amiga! ¡Estás loco, por qué me pegas! No me estes humillando.La disputa atrajo la atención de los guardias de seguridad del aeropuerto, quienes decidieron llevarlos a la comisaría para mantener el orden.
A la mañana siguiente, mi hermano se despidió de su esposa con un beso apasionado antes de ir a la oficina. En cuanto él salió, ella comenzó a empacar de forma apresurada y coordinó con Héctor Ramírez el horario para reunirse en el aeropuerto y emprender su huida.Mientras tanto, yo me vi arrastrada junto a mi hermano hasta la empresa. Al llegar, nos encontramos con una multitud de periodistas esperándolo en la entrada.—Señor Arrieta, ¿qué tiene usted que decir sobre la muerte de su hermana?—Se dice que usted ha patrocinado a muchas jóvenes en situación de pobreza. ¿Por qué obligó entonces a su hermana a vender rosas en San Valentín?—¿Y planea usted llegar a un acuerdo con el conductor que atropelló a su hermana?—¿En dónde estaba usted cuando sucedió el accidente?Las preguntas caían como lluvia helada, y mi hermano quedó completamente desconcertado. No tenía idea de lo que estaba ocurriendo. ¿Qué habia sucedido realmente? Sin embargo, rápidamente entendió que algo estaba muy mal.
Mi hermano acababa de salir del baño junto a su amadita esposa. Cuando un momento después, el celular de ella comenzó a sonar.—¿Quién te esta llamando a estas horas de la noche? —preguntó mi hermano algo celoso.Ella titubeó, tratando de encontrar una excusa.—Es... es tan solo mi amiga. Me está llamando para ver si mañana vamos de compras.Mi hermano, confiado, sonrió y dijo con ternura:—Ya entiendo. Si es así, entonces deja que te dé un poco más de dinero para que te diviertas y te distraigas.Con una sonrisa fingida, ella se dirigió al balcón y contestó la llamada en voz baja:—¿No te dije que no me llames cuando estoy en casa?Del otro lado, la voz de Héctor Ramírez sonó aterrada:—¡Beli está muerta!... Ella... ella murió... ¿Qué vamos a hacer ahora? Fue un accidente. —¿Qué dices? Dio un grito de sobresalto. —dijo mi cuñada con incredulidad, lanzando una rápida mirada a mi hermano, que descansaba en la cama. Bajando aún más la voz, le replicó:—¿Estás loco? Te dije que la asusta
Recogí las flores apresuradamente, obligándome a no mirarla. Solo esperaba que Reina Aguirre se aburriera y se marchara de una buena vez, no podría ser este un peor día.Pero ocurrió lo contrario. Se volvió aún más cruel y, de repente, me agarró del cabello con fuerza, ¿por qué seré el juguete preferido para que la gente descargue su inmundicia conmigo?—Te estoy hablando Beli ¿Acaso estás sorda? ¡Mira nada más! Ya ni siquiera sabes mover la cabeza para responder, detesto tanto tu tonta forma de ser, pareces una mocosa pendeja de 4 añosSacudí la cabeza con sumisión, como había hecho tantas veces antes, esperando apaciguar su ira.Reina sonrió, complacida por mi reacción.—Mira, por esta vez te dejaré en paz porque das lástima. Hagamos un trato: si te arrodillas, compraré todas tus flores. ¿Qué dices?Mis ojos se llenaron de lágrimas de impotencia. Saqué mi celular y escribí:“Me prometes que realmente las compraras”Reina soltó una carcajada despectiva.—Beli, qué interesada eres. ¿ t
El hombre que me asalto, vestido completamente de negro se acercó a mí con una expresión de rabia en su rostro:—¿No eras acaso tú la muda? ¿Por qué no sabes mantener la boca cerrada? Ya que es así, me encargaré personalmente de cuidarte Beli.Así que todo esto era obra de mi cuñada. Ella había planeado todo lo que está sucediendo. . Este hombre se levantó la mano y me abofeteó con tal fuerza que sentí cómo la sangre comenzaba a brotar de la comisura de mis labios, mi nariz estaba destrozada. Luego empezó a patearme sin piedad. Entre el ataque de pánico, cada vez se me dificultaba más y más respirar por un momento, llegué a pensar que moriría. Afortunadamente, uno de los hombres a su espalda intervino:—Héctor, ¿qué haces pegándole a una niña? Si esto se sabe, nadie nos tomará en serio. ¿Qué tal si hacemos una apuesta? ¿Cinco mil pesos?Héctor, así que ese es tú nombre…. el hombre que acompañaba a paloma al hotel, estaba enfrente sonriendo a carcajadas. —Me gusta la idea. ¿Apostamos
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