2 años después
El jardín estaba en silencio, mecido suavemente por la brisa de la mañana. El sol se filtraba entre las hojas de los árboles, calentando dulcemente la piel de Mariam, quien estaba sentada bajo la sombra de un parasol blanco. En sus brazos, la pequeña Melisa caminaba por el jardín mirándola las mariposas con absoluta curiosidad. A unos metros, Liam reía con fuerza mientras corría de un lado al otro persiguiendo a “Copito”, el pequeño cachorro que Demian le había regalado unos días antes.
Habían pasado mucho tiempo desde su boda, desde el juicio, desde que cerraron un capítulo doloroso en sus vidas. La vida había vuelto a su cauce. Ella y Demian habían decidido mudarse a una mansión un poco más alejada de la ciudad, más íntima y acogedora, donde pudieran criar a sus hijos lejos de los ruidos del pasado.
La casa era amplia, rodeada de jardines, con una vista espectacular al lago. Se sentía como un nuevo comienzo. Mariam se sentía, por primera vez en años, en casa.
Suspiró,