Astrid Williams tiene un sueño en la vida, es poder terminar su universidad para poder ayudar a sus padres con los gastos medicos, creados por el irresponsable de su hermano, el sueño de Derek Baker es usar todo lo que pueda a Astrid, exprimir hasta la ultima gota de su inocencia.
Leer más—Tendrás que ponerte a trabajar.
—Estoy consciente de ello.
—¿Qué piensas hacer?
—¡Pues buscar un trabajo, que más! — Exclamo entre risas nerviosas mientras resoplo con fuerza, recargando mi frente en mi escritorio.
—Astrid, sé que tienes mucho estrés en la escuela, pero cariño.... de verdad ya no podemos seguirte ayudando.
—No tengo estrés de la escuela, mamá, es sólo que.... me siento mal, siento que soy estoy siendo egoísta.
—Para nada, cielo... estamos felices de que estés estudiando en la universidad, tu papá y yo estamos orgullosos de ti.
Giro mi cabeza para ver a mi madre, ella me dedica una enorme sonrisa cálida y suave, acaricia mi cabeza con delicadeza y luego deposita un pequeño beso en mi frente. Cierro los ojos por unos momentos y un suspiro se me escapa.
—Lo bueno de conseguir un trabajo de medio tiempo, es que, podré tener dinero en mis bolsillos... claro, siempre y cuando me quede después de hacer todos mis pagos— Lo último lo murmuro para mí, más que hablar con mi madre.
—Te dejo estudiar cielo, te aviso cuando esté lista la cena.
Asiento levemente con la cabeza y observo como ella abandona mi cuarto, cerrando la puerta detrás de ella. Una vez que estoy sola, suelto un pequeño suspiro y sigo mirando en aquella dirección, pensando en donde podría conseguir un trabajo que se acople a mi horario de clases y lo único que se me ocurre es, tomar un trabajo nocturno.
Decido dejarlo de momento y volver mi atención a mi tarea, mañana me espera un largo día y no tanto por la escuela, ya que mañana es sábado, sino porque me tocará ir de puerta en puerta buscando un trabajo, sólo espero que pueda encontrar algo rápido.
Termino mi tarea y mi madre me avisa que la cena está lista, cierro mi libreta y libro, me estiro con toda la flojera del mundo y me levanto de mi silla con lentitud, me siento como si fuera un perezoso, camino hacia el comedor y veo a mi mamá poniendo la mesa.
Arrastro los pies y me siento en mi lugar, apoyo mi codo sobre la mesa poniendo mi cabeza sobre mi mano cerrando los ojos, un suspiro se me escapa, todavía me siento un tanto aturdida por lo de mañana.
—¿Qué sucede?
—Tengo miedo, nunca antes había buscado un trabajo.
—Tranquila cielo, todo irá bien.
—Eso espero, si ahorita estoy nerviosa, no me quiero ni imaginar cómo me pondría cuando esté preguntando por un trabajo.
—Bueno, tienes todo el fin de semana.
Resoplo con fuerza y estoy a nada de poner mi frente sobre la mesa, pero me detengo al ver que está mi plato de comida frente a mí; ¡casi termino estampando mi cara contra mi comida! Menos mal que he revisado antes de hacerme para adelante. Me acomodo en mi lugar y me dispongo a cenar, quiero irme a dormir temprano.
—Por cierto, cariño, ¿Cómo te está yendo en la escuela? ¿Cómo te va con el novio?
—Bien y ¿Cuál novio? No tengo desde hace un año— Me río entre dientes por mi soltería— No me gusta estar sola, pero tampoco es que tenga mucho tiempo para estar con alguien, la escuela me absorbe demasiado tiempo.
—No digo que debas tener novio cielo, pero no se te olvide que los amigos en la vida son importantes.
—Tengo una mejor amiga y creeme.... ella es más que suficiente.
—Bien, bien... sólo digo, no te aísles, es lo único que te pido.
Termino de cenar y llevo los trastes a su lugar, madre se ha quedado viendo la tele, está esperando a mi papá para comer con él, yo por mi parte, me voy a mi cuarto a preparar mi ropa de mañana, no quiero andar con las prisas.
Ya con todo listo me acuesto a dormir, no sin antes poner mi alarma. Justo cuando estoy conciliando el sueño, mi teléfono suena, frustrada, me giro para ver de quien se trata, tomando el celular de forma torpe, desbloqueo el infernal aparato y mis ojos se deslumbran, haciendo que suelte un pequeño gruñido a la vez que me tallo los ojos; ¡Maldita luz del demonio! Con los ojos entrecerrados miro quien me ha enviado el mensaje, como era de esperar, es mi amiga, que me pregunta que haré mañana.
—Iré a buscar un trabajo ¿Por?
—¿Por qué un trabajo? Y preguntaba porque quería salir mañana.
—¿Por qué necesito pagar la escuela? Mi madre me acaba de decir que ya no pueden costearme la escuela y que necesitan que ayude con los gastos.
—Mejor consíguete un Suggar Daddy, eso es mejor.
Me tallo la cara y resoplo con fuerza, bajo el teléfono y una expresión de aborrecimiento se dibuja en mi rostro, pongo los ojos en blanco y vuelvo a poner el celular frente a mí.
—No pienso hacer eso, no voy a venderle mi cuerpo a alguien, gracias.
—¡No lo vas a vender! Habrá un contrato de por medio... piénsalo.
—¿Cómo sabes eso? ¿Tú tienes uno?
—No, pero me gustaría y la verdad es que es pura intuición, son hombres con harto dinero ¿Crees que tendría sexo con jovencitas, así como así? ¡Claro que no! Deben cuidar su patrimonio.
—No quiero saber del tema, no lo voy a hacer.... mañana iré a buscar un trabajo.
—¡Es verdad, ahora que lo mencionas! — Pone varias caritas de asombro y susto. —Mi madre ha dicho que va a cambiar de trabajo y que su puesto va a quedar vacante, me dijo que lo tome, pero.... yo no pienso arruinar mis hermosas manos.
—¿Y quieres que yo tome el viejo trabajo de tu mamá?
—Buscas trabajo ¿No? Ella estaba de limpiadora en una oficina bastante lujosa, pero decidió cambiarse porque quería algo más cerca de casa.
—¿No se va a enojar tu mamá que vaya a tomar su trabajo? Digo... te lo ha ofrecido a ti, no a mí.
—No seas ridícula, el puesto está libre, cualquiera puede ir a pedirlo.
Un ligero suspiro se me escapa, miro al frente por unos instantes y decido comunicarle a mi amiga que voy a ir a la entrevista de trabajo, ella manda varias caritas de alegría y otras de asco. No puedo evitar reírme por la sinceridad de mi amiga, le envió mi último mensaje para después ponerme a estudiar, quiero aprovechar mi último día de tranquilidad antes de meterme a trabajar.
Gran parte de la noche nos quedamos en el balcón haciendo el amor, menos mal que hace calor y no frío. Debido al gran desvelo de anoche, no pudimos levantarnos a desayunar, aunque tampoco es que le importe mucho al señor Baker, ya que ha pedido servicio a la habitación mientras me hacía suya. La luna de miel fue bastante entretenida, paseamos por muchos lugares y visitamos restaurantes realmente interesantes, extraños, pero interesantes, también nos tomamos muchas fotos, en todas él siempre salía bien, sin importar la posición en la que la tomara… que envidia.Me divertí mucho en el viaje y la pasé de maravilla, pero no hay nada mejor que volver a casa con mi familia y Derek está totalmente de acuerdo conmigo, ambos extrañamos mucho a los niños. Como todos los fines de semana nos encontramos acostados en la cama, mirando el techo por unos instantes antes de que Grace entre al cuarto corriendo y gritando que ya debemos levantarnos, para después meterse entre las sábanas.—Debo admitir
Cuando por fin le pongo el anillo, suelto un suspiro de alivio, sentir como la tensión y los nervios me abandonan es tan relajante, que siento que me voy a desplomar en el suelo en cualquier momento. Una vez que le entregan mi anillo a Derek, toma mi mano izquierda con firmeza y ternura, me mira directo a los ojos y sin un atisbo de nervios o arrepentimiento lo coloca.—Yo, Derek Baker, te acepto Astrid Williams como mi futura esposa, juro amarte, protegerte y asegurarme de que nada malo te pase, juro que seré el mejor compañero de vida que puedas tener.Sin poderlo resistir ni un segundo más, me tiro a sus brazos y le doy un largo y dulce beso, todos los presentes aplauden, luego de la ceremonia religiosa, nos fuimos al lugar en donde se llevará a cabo la fiesta. Todo es tan perfecto y surreal, que siento que estoy soñando. Mi vida, sin duda alguna, es maravillosa.La noche cae y Derek me avisa que tenemos que ir a dormir, porque mañana tenemos un largo viaje que hacer, fruncí el ceñ
Durante los siete meses que estuvo embarazada, tuvimos que posponer su fiesta de cumpleaños y decidimos hacerle una celebración sorpresa, Diana y Jaquelín estaban muy entusiasmadas al igual que mi madre; para ellas no fue nada difícil planear todo y para cuando llegó el día, todos estaban con la emoción a flor de piel, a excepción de ella, claro, que estaba confundida por traer un vestido elegante para celebrar una fiesta de cumpleaños de alguien a quien no conoce y que además trajimos a los niños.Astrid.Es verdad que me encanta salir con Derek y más pasar tiempo con su familia, pero normalmente dejamos a los niños encargados con sus nanas mientras estamos fuera, pero en esta ocasión decidió traerlos, espero que esto no enoje al festejado, ya que a estas personas casi no les gusta convivir con niños pequeños.Llegamos hasta el lugar y miro con asombro la fachada del salón de fiestas, es realmente impresionante, parece un palacio, Derek se ríe levemente y me dice que cierre la boca,
Al ver que no piensa confesar lo que hizo, le digo a mi amigo que gire la silla hacia los otros y me acerco a uno de ellos, quitándole también lo que tiene sobre la cabeza. La hermana de Mónica la ve con incertidumbre y miedo, tiene la misma mirada que su hermana mayor, ellas se ponen a hablar diciéndose que todo va a estar bien y que no debe tener miedo, que apenas esto se arregle las dejaremos ir.Observo a Rayan y le extiendo mi mano al tiempo que camino en su dirección, él enseguida se acerca a mí y me trae un mazo de construcción bastante pesado, luego me paro a lado de su hermanita, Mónica lo entiende a la perfección y se pone a gritar que ella no tiene nada que ver en todo esto, que es una niña inocente.—Bueno…. Eso lo descubriré ahora mismo.Me paro frente a Sara y levanto el mazo, ella aprieta los ojos con fuerza y grita con desesperación mientras se retuerce en su lugar, los otros dos invitados empiezan a gritar preguntándose qué ocurre, en un abrir y cerrar de ojos, golpeo
Mientras estoy aquí en el hospital esperando a que le den de alta, Rayan me ha dicho que la policía está revisando el chuchillo, pero sin esperar a que terminé de hablar, le dije que reúna a la familia LaVein, ya que tenemos mucho de qué hablar y que no se le olvide llevar a Mónica, puedo escuchar al otro lado una pequeña risa malévola, él sabe que ya he perdido la paciencia.No me gusta recurrir a esto, le hice una promesa a mi padre de que empezaría a hacer las cosas de forma legal, pero ella ha sacado lo peor de mí y sé que mi padre entenderá la razón por la cual estoy recurriendo a esto, espero no pasarme, hace años que no hago esto. Después de recibir mis órdenes, Rayan me dice que el jueves tendrá todo listo, termino la llamada y guardo mi teléfono en mi bolsillo.—Te ves muy enojado, más de lo normal.—Perdona, cariño— Relajo mi expresión y volteo a verla, dedicándole una pequeña sonrisa. —Tengo unos asuntos que atender y la verdad es que preferiría estar cuidándote y cuidar de
Pasaron dos minutos cuando la ambulancia llegó y se llevó a Astrid, detrás de ellos iba yo, en estos momentos no tengo cabeza para nada más que para pensar en ella, todavía cuando llegamos al hospital no le he llamado a nadie, ya que estoy más pendiente de lo que los doctores me digan, más ahora que entró a quirófano de emergencia.Camino de un lado a otro por la sala de espera, paso mis manos por mi cabello repetidas veces, en eso escucho como mi teléfono suena en mi bolsillo, enseguida lo saco y veo que es Diana, contesto la llamada, mi hermana me pregunta donde estamos, ya que es bastante tarde y no hemos pasado por la niña, un suspiro de alivio se me escapa al escuchar eso, me desplomo en una de las sillas y le cuento a mi hermana lo que acaba de ocurrir, ella suelta un chillido de horror y escucho como le grita a mi madre a la distancia, diciéndole que debe ir al hospital Santa Rosetta ahora mismo, que no hay tiempo de explicar nada.—Diana, no salgas de la mansión, no le quites
Último capítulo