Días después
Era el día del aniversario de la empresa García Ruiz, un evento que reunía a toda la élite empresarial y a la familia al completo.
La expectativa estaba en el aire, mezclada con aromas de flores frescas, perfumes caros y el brillo de los cristales que adornaban el salón principal.
Los invitados llegaban en coches de lujo, saludando y posando para las cámaras que documentaban cada instante, porque aquel aniversario no era solo una celebración de la empresa, sino una demostración del poder y la influencia de los García Ruiz.
El abuelo, Eugenio, recibiría un homenaje especial por los años de esfuerzo, visión y liderazgo al frente de la compañía.
Su presencia imponía respeto, pero también despertaba admiración; cada paso suyo parecía medido, cada gesto un ejemplo de dignidad.
El salón estaba decorado con lujo, dorados y mármoles que reflejaban la luz de los candelabros, mientras la música suave y elegante llenaba el espacio.
Era un escenario perfecto para la familia, pero tam