Capítulo 203: Conversaciones entre café.
La jornada apenas comenzaba, pero el reloj parecía moverse con lentitud insoportable. Marcos se encontraba frente al ventanal de su oficina, observando el ir y venir de los autos en la avenida. Tenía los brazos cruzados, el ceño fruncido y la mirada perdida en un punto que solo él conocía. No había tocado los documentos sobre el escritorio, ni revisado los correos que Charlotte había dejado ordenadamente. Todo su cuerpo emanaba cansancio.
El silencio fue roto cuando la puerta se abrió sin previo aviso.
—Hola, viejo —dijo Camilo con su tono despreocupado, apoyándose en el marco de la puerta—. ¿Cómo va todo?
Marcos apenas giró el rostro, dándole una mirada fugaz.
—Bien… supongo —respondió con una voz grave, casi arrastrada.
Camilo arqueó una ceja y cerró la puerta tras de sí, cruzando los brazos mientras lo observaba.
—¿Bien? —repitió con una sonrisa irónica—. No me digas mentiras, Marcos. Tenés una cara de zombie que asusta.
Marcos soltó un suspiro y se pasó una mano por el cabello.
—N