10. Adrenalina
Indra.
—¡Parece un dios del Olimpo! —me reí con Julieta al teléfono.
La suave lluvia me hizo compañía entrada la noche de un aburrido sábado.
Mis manos se movieron curiosas por el material que me había dado Dalila.
Uniformes azules y verdes del partido, plumas con el logo, una tarjeta de nómina de Bancomer, varias libretas también con los colores del partido donde tenía apuntadas mis nuevas cuentas de correo para el trabajo.
Vaya que esta gente no escatimaba en gastos públicos para hacer sus materiales.
Menos mal ahora tendrían una fuente de dinero privado para llevar la campaña política de mi padrino.
Tan solo hace unos pocos minutos había descubierto plenamente quien sería la persona que me ayudaría a graduarme.
Uno de los hombres más poderosos de México, un multimillonario, dueño de casinos y hoteles, un empresario reconocido en Latinoamérica. Ese era Fausto Gutiérrez Ramos, así me lo describió Valentina que por supuesto ya se había puesto a investigar todo lo que pudiera a