La noticia del divorcio con Rebecca, aunque pronunciada con la mayor delicadeza posible, había dejado una herida abierta. Rebecca, con el corazón roto y la esperanza destrozada, había aceptado con una dignidad silenciosa, refugiándose en el cuidado de Ethan y el sueño deshecho de una familia. Para Vance, era un paso necesario, doloroso, pero vital para recuperar la autenticidad de su vida. El peso de la farsa era insostenible.
La Casa Blanca había sido un torbellino de actividad desde la liberación de Vance. El "lugar perfecto" que David y Benjamín habían encontrado para él no era un escondite, sino una modesta, pero elegantemente restaurada mansión histórica a las afueras de Alexandria, Virginia. Un lugar que le ofrecía privacidad sin aislarlo por completo del mundo al que estaba destinado a regresar.
El día de su primera rueda de prensa y entrevista oficial en cuatro años llegó con la expectación de un evento global.
La nación, y de hecho el mundo, estaban ávidos de ver al President