En el mundo de Logan, el silencio y la paz era lo que reinaba desde hace muchísimos años, pero en una noche, esa tranquilidad a la que vivía sometido, se verá interrumpida por la maldad y la tentación de un cuerpo hermoso y un rostro de ángel, dándole vía a libre a ese demonio para poseer cada uno de sus deseos más profundos. ¿Podrá Logan, resistirse a la tentación, o caerá en los divinos brazos de su más aterradora perdición?
Leer másPrólogo
La tentación siempre estuvo al acecho, rodando mi alma cuando me detenía a pensar en mi propia vida y siguiendo cada uno de mis pasos sin importar cuán largos podrían ser, pero bien pude librarla con mi buena fe y mis oraciones; no obstante, mi amor por Dios se vio en tela de juicio cuando ella apareció en una noche tan fría y solitaria en medio de mi camino; tan hermosa como un ángel, tan frágil como una rosa y tan malherida como una pequeña palomita que busca a como dé lugar protección.
Me perdí en sus labios rojos y carnosos, en sus curvas perfectas y bien pronunciadas, en el aroma dulce y putrefacto de su sangre y su alma; pero, sobre todo, en la pureza de su ser cuando la muerte estaba a poco de llevársela bajo su abrigo.
La cuidé, la curé, la protegí y la mantuve conmigo hasta que sus alas se abrieron y me mostraron la oscuridad que en ellas habita listas para atrapar a todo aquel buen samaritano para destruirlo en sus abrazos pasionales y maquiavélicos.
Ella es el ángel más puro y cruel que haya tenido el gusto de adorar; la bella perdición eterna que me condenó a bajar la cabeza y pedir perdón de rodillas a mi Dios por haber pecado en pensamiento y palabra, más cuando los instintos de todo ser humano me rasgaron la piel y el corazón, haciéndome arder de goce tras los suspiros de lo mundano. En ella conocí el verdadero nectar dulce de su ser; ese que había perdido cuando su inocencia se vio manchada por la muerte, el poder y la maldad del mundo bajo.
Samantha; la más venenosa de las serpientes y la más pura de los angeles; la ruina de mi alma y la reina de mi mundo. La perdición más sensata y triste en la que decidí navegar por mis propios medios, palpando lo prohibido entre mis dedos y amando con la punta de una daga pura e inocente lo suave y letal de su corazón...
Se puede amar de muchas maneras, se puede calentar la piel con muchos cuerpos, incluso se puede traicionar el corazón tratando de hacerle entrar en razón con muchos otros corazones que no laten al mismo ritmo que el nuestro; pero nunca se podrá dejar de amar a nuestra más grande perdición, esa que al oído susurra palabras de amor cada noche y clama en vida el tacto de su piel; esa que llora de felicidad cada que se encarniza entre los tejidos y los huesos y no se cansa de danzar en el aire con su largo cabello revuelto; esa que ordena adoración y entrega adoración en cada beso; esa que el corazón no buscaba, pero que encontró entre las tinieblas para ser salvada y amada hasta que deje de latir por ella. La vida tiene su ciencia, a veces comprendemos que el acto de amor es solo en base del sexo; no obstante, el amor se construye con sueños, honestidad y de genuino amor para con la otra persona. En el camino de tranquilidad y soledad que vivía antes de ella, una mujer y un amor no form
Samantha no salió ni un solo segundo de mi cabeza y de mis oraciones, aunque trataba de mantener la calma y pensar en positivo. El asesinato no tiene perdón de Dios, pero ahora que el mundo se ha abierto ante mis ojos de una forma que antes no conocía, puedo entender mejor a las personas que cometen algún delito o crimen en sus vidas.Ellos no lo hacen por deporte o porque despertaron con ganas de hacer daño; detrás de toda consecuencia hay un atroz pasado que muchos no nos detenemos a pensar. La justicia no ayuda a que los crímenes se paguen como es debido y muchos otros esperan que sea Dios el que castigue en vida a un ser despiadado y sin alma; no obstante, cuando no se obtiene ninguna de las dos justicias, otros pocos deciden actuar bajo a bruma del dolor y la impotencia y hacer pagar una sentencia justa que los libre de ataduras para siempre. Samantha entra en ese grupo de personas que toman justicia por mano propia. No creo que se trate de venganza, pues ella solo busca resarci
Advertencia de contenido violento.-¿Y si voy contigo? Quiero acompañarte y darte mi apoyo.-No es como que requiera de barra para matar a alguien, Logan - me reí-. Te vas a quedar haciéndole compañía a esa chiquilla que te sonríe tanto, en lugar de venir conmigo y apreciar lo que no tienes porqué apreciar.-Quiero hacerlo.-Empiezo a creer que solo lo haces por ir a verle la cara a mi esposo. Si te preocupa su aspecto físico, tú estás mucho mejor que él.-Ya te dije que ese no es nadie - me acercó a su cuerpo de un solo tirón, enrollando sus brazos alrededor de mi cintura-. Necesito asegurarme que estarás bien.-Lo estaré - besé sus labios-. Si te necesito, te llamaré para que me eches una mano.-No deja de ser la vida de una persona...-No le des más vueltas al asunto - deposité otro beso en sus labios-. Mantén tus manos quietas y evita sonreírle a esa chiquilla una vez más. Es descarada que te mire como lo hace cuando estoy a tu lado.-¿Estás celosa?-Para nada, pero que quede clar
No hubo necesidad de decir más palabras, la emoción que me causó su aceptación a pesar de sus creencias y su bondad, fue mucho más grande. El amor que había escrito en sus ojos le dio paso al deseo y a la pasión en solo segundos, haciendo que nuestros cuerpos aclamaran una vez más nuestra unión. Devoré a gusto sus labios, perdiéndome en el dulce sabor de ellos y su húmeda lengua que no daba tregua a la mía en ningún instante. A los dos se nos aflojaron gemidos con tremendo beso que escalaba a un nivel único de excitación. El hecho de estar unidos piel a piel hace que las ganas crezcan entre los dos y nos lleve a frotarnos lo más que podamos en movimientos simulando el coito. El roce suave y húmedo me tiene palpitando y ansiosa de sentirlo en mis adentros.Buscando mayor contacto y mayor fricción, me pegué más a su cuerpo, asegurándolo con mis brazos y mis piernas. Sus manos me sostuvieron por el trasero, guiando mi cadera contra la suya en un movimiento muy lascivo y delicioso. Su ho
—Mi familia era pobre, trabajábamos en una cosa y otra para sobrevivir el día a día. Mientras Jhon salía con mi padre a buscar dinero, le ayudaba a mi madre a hacer el trabajo en casas de familia con mucho dinero. Mis hermanos estaban pequeños, y era el que sigue de mí quién cuidaba al resto mientras regresábamos a casa con mamá. Así fueron muchos años, y no te voy a mentir, deseaba tener una niñez normal; tener amigas, asistir a la escuela y tener la muñeca más grande y hermosa que pudiese existir, pero eso me fue negado desde que nací. No culpo a mis padres, ellos hicieron grandes sacrificios por nosotros a lo largo de los años, pero la pobreza y la falta de oportunidades es algo contra lo que no podemos competir cuando no contamos ningún conocimiento — suspiré, tomando un poco de aire, pues hablar de lo que fue mi familia, por más pobre que hubiéramos sido, es tan difícil cuando pienso en cómo les fue negada la oportunidad de vivir—. La solución a nuestras carencias llegó con el po
—¿Estás hablando en serio o solo lo dices para hacerme sentir bien? La última vez dijiste que no querías saber nada de mí y que incluso tenías esposo. Me dejaste una carta, demostrando que solo me usaste a tu antojo ¿Eso es cierto? ¿Tienes esposo? ¿Acaso me ves como un juguete?—Todo tiene una explicación y te la voy a dar, pero créeme cuando digo que estoy enamorada solo de ti — me avergoncé al admitirlo frente a él una segunda vez—. Créeme cuando te digo que eres el único en mi vida y en mi corazón.Su expresión avergonzada y feliz me pareció tan tierna y dulce. Este hombre está a poco de matarme con esos encantos tan hermosos que posee.—Ven conmigo.Me trajo a lo que supongo yo es su habitación y me hizo entrar al baño con él. Fue tan atento y dulce al quitarme ese vestido manchado de sangre y sucio y dejarme desnuda frente a la bañera. Aunque en su mirada había deseo, se tomó el tiempo de limpiar la sangre seca con una toalla húmeda. Sentía que ardía y sus manos ni siquiera me es
Último capítulo