Capítulo 60: Las mujeres que huyen no siempre escapan… a veces van directo al fuego
El sonido de las maletas deslizándose sobre el mármol del aeropuerto era casi hipnótico.
Valentina caminaba al lado de Sebastián, sonriente, relajada.
Vestía de negro, gafas oscuras, labios rojos.
Parecía una mujer enamorada a punto de vivir un sueño en París.
—¿Estás segura de esto? —preguntó él, apretando suavemente su mano.
—Más que nunca —respondió ella con voz serena.
Sebastián había planeado cada detalle.
El hotel con vista al Sena.
La cena en Montmartre.
Incluso una nota manuscrita con la reserva: "Una promesa: que esta vez, no huyas."
Valentina sonrió al leerla.
Y no por ternura.
Sino porque ya había decidido huir… desde el principio.
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En la noche, en la suite del hotel de conexión en Madrid, compartieron una cena íntima.
Champaña.
Velas.
Ropa deslizándose sobre el suelo.
Piel sobre piel.
Sebastián, convencido de que por fin la tenía solo para él.
Ella lo besó con dulzura.
Le susurró palabras que sonaban a verdad.
Y antes de dormir, le dejó en la almohada una tarjeta escrit