HORA DE MOVERSE

Al atardecer, la casa bajó las armas de la mirada y subió un ritual.

En el muelle, la madera tibia bajo los pies descalzos, Alma llevó al niño en brazos y Valentín, a su lado, metió una mano en el bolsillo para contar tres piedritas que había elegido en la mañana, redondas, sin aristas.

—Una por cada uno —dijo ella, colocándolas en la palma de Valentín—. Si nos separan, el mar sabrá devolvernos.

—No me hables de separarnos —murmuró él, pero su voz se volvió tierna cuando miró la superficie lisa del agua—. Que la marea también trae cosas malas.

—La marea sabe elegir —se defendió Alma, inclinándose para besar al niño en la frente—. Cin—co —contó, y a la de cinco, las tres piedras tocaron el agua al mismo tiempo. El bebé bostezó, generoso, como si bendijera la ceremonia.

—Ahí está —dijo Valentín, y soltó una risa suave—. Ya lo aceptó el mar.

El sol se fue en un naranja que parecía inventado.

El canal devolvió reflejos lentos, como si rel

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP