El día amaneció con la cara de Valentín pegada a los muros.
En cruces concurridos, los paneles digitales repetían un rostro de ceño duro y barba de sombra.
VALENTÍN MORETTI —ASESINO DE POLICÍA— TERRORISMO—RECOMPENSA 50.000$.
En las marquesinas del bus, los mismos ojos, agrandados hasta la caricatura.
En estaciones de servicio, una voz por altavoz.
“Si lo ve, no se acerque. Llame al 911. Peligroso.” El helicóptero de la mañana le hacía cosquillas con el rotor a los techos de la ciudad como si buscara una grieta por donde entrar.
Alma lo miró todo desde el noticiero con el volumen bajo, de pie junto a la ventana, los dedos apretados en el borde de la cortina hasta volverlos blancos.
En la pantalla, a cada rato, intercalaban una foto antigua.
ALMA ROSSI, pelo negro largo, flequillo, mirada frontal.
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