Cuando Malú percibió las miradas en su dirección, principalmente las masculinas, se puso nerviosa por un instante. Sin embargo, recordó lo que había dicho unas horas antes a Ravi:
—No te preocupes, Ravi. Nunca más volveré a tener miedo de ti. Ahora tengo toda la certeza de que no eres una mala persona. Confío totalmente en ti.
Y, de hecho, confiaba en él. También confiaba en sus amigos, al fin y al cabo, estaba segura de que jamás se rodearía de personas de mal carácter. Entonces, levantando la cabeza, sonrió a todos los presentes. Así como ella atraía las miradas masculinas, May cautivaba a las jóvenes que estaban cerca, quienes sonreían enternecidas y comentaban:
—¡Qué bebé tan linda!
Malú se dio cuenta de que May también estaba todo sonrisas en ese momento. Aunque sabía que la mayoría de los amigos de Ravi se preguntaban quién era ella —si apenas una amiga más o algún pariente—, nadie la interrogó directamente.
Entonces vio a Ravi conversando con sus amigos, entre ellos un joven mu