Un juego peligroso (3era. Parte)
La misma noche
Islas Maldivas
David
Yo siempre fui como la mayoría de las personas: escondiéndome detrás de una fachada. Quizás era mi forma de protegerme, o simplemente no sabía cómo ser sincero porque me sentía vulnerable. Pero no entendía por qué, hasta que apareció Cristal. No era su atuendo provocador lo que me desarmaba, sino el azul de sus ojos, esa mirada que podía paralizarme sin que me diera cuenta. Por primera vez, fui sincero… conmigo mismo y, de alguna manera, con ella.
Mis palabras salieron atropelladas, reales y confusas. Confusas porque ni yo entendía lo que decía, o tal vez porque me asustaba lo que sentía. Había encontrado a alguien que me encendía con una sola mirada, con un gesto… no era solo atracción, era algo más profundo, más peligroso, más real de lo que estaba dispuesto a admitir.
No sabía si era prudente seguir hablando, si me esperaba una bofetada, un insulto… aunque eso era lo de menos. Lo que realmente temía era su indiferencia.
El silencio se estira entr