Lea Evanson, es una madre soltera que, a pesar de haber sido abandonada, sigue adelante y con gran optimismo su vida dedicándola entera a su pequeña Halia, su hija de tres años que funciona como un repelente de hombres. Resignada a nunca encontrar de nuevo el amor pues nadie quiere estar con una madre soltera, ha perdido la esperanza de tener a un buen hombre a su lado. Micolash Hawkins es un hombre que mira la vida desde un punto de vista simple y despreocupado, hijo de una familia millonaria que se desempeña como médico, nunca ha tenido nada por lo cual preocuparse en la vida. Sin embargo, a pesar de tener una novia con la que desea casarse, nunca antes ha encontrado el amor verdadero, al menos no hasta que observa a esa chica de ojos marrones que lleva de la mano a una pequeña idéntica a ella. El destino unirá a dos personas muy distintas entre sí en un evento poco esperado, después de todo, la pequeña Halia necesita un padre, y quizás, el hombre mas honesto y despreocupado del mundo, podrá cumplir aquel papel. Cuando el amor surge, nada ni nadie puede detenerlo.
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Otra mañana más. De lo único que soy consciente es que era sábado y probablemente mi pequeña Halia vendría hacia mi cuarto en cualquier momento y solo eran las 7 de la mañana. Mi hija tiene 3 años, pero en dos meses cumplirá 4, no podía creer como crece tan rápido.
Mami, mami – dijo una pequeña voz acercándose por el pasillo.
-Halia – dije con alegría justo cuando brincaba hacia mi cama. Le di un gran beso y nos quedamos abrazadas por un momento.
Tengo hambre mami.
Ok pequeña, ¿quieres desayunar hot cakes?
Siiiii – dijo llena de vigor. Me sorprendía como los niños nunca se cansaban.
Ven vamos a la cocina hoy tú serás mi ayudante.
Yeih
Mi departamento no es muy grande, las dos habitaciones que tenemos son muy pequeñas y ni hablar de mi diminuta cocina en la que realizaba maravillas. Realmente era muy buena cocinando y a Halia le encantaba todo lo que hacía para ella. Sabía que debería haberme dedicado a estudiar gastronomía o algo así, pero la vida siempre te cambia los planes.
Después de que Halia me ayudo a poner todos los ingredientes en un tazón, le dije que mejor fuera a ver sus caricaturas, solo faltaba mezclar y poner al sartén todos los ingredientes, pero me pone de nervios tenerla cerca cuando la lumbre esta prendida. Tengo que admitirlo soy muy sobreprotectora con mi hija y el hecho de que no tuviera a su padre me entristecía.
¿La historia? Es la misma de siempre, quede embarazada de un tipo que prometió estar conmigo toda la vida, pero que desapareció como si la tierra se lo hubiera tragado después de hacer “su travesura”, nada extraordinario y tristemente demasiado común, pero, así es la vida, y una debe de seguir adelante con su hijo o su hija a como de lugar.
Cuando estuvieron listos los hot cakes, pasamos a nuestra mesita y me sorprendía que cada vez podía comer mejor sola. Estos niños de hoy están muy adelantados.
Princesa, ¿Qué te parece si vamos al parque?
¿Hoy no trabajas? – pregunto ocultando un poco la emoción antes de decirme que si.
No pequeña hoy me dieron libre – trabajo en una librería y el día de hoy iban a hacer algunos cambios drásticos de decoración e iba a estar cerrado por el fin de semana.
Si quiero, quiero llevar mi carrito, mi pelota, mi muñeca, mi oso … - allí es cuando tuve que intervenir.
Pequeña no puedes llevar tantos juguetes, además solo iremos por un rato porque después iremos con tus abuelos.
Yeih ¡mis abuelos – mis padres consentían demasiado a Halia, pero era su orgullo ya que era su única nieta y probablemente sería la única. Se que solo tengo 24 años, pero encontrar una pareja era complicado por mi hija. Había salido algunas veces, pero apenas se enteraba que tenia una pequeña huían despavoridos.
Terminamos nuestro desayuno, vimos caricaturas por un rato, nos vestimos y fuimos hacia el parque solo cargando el carrito. Halia dio unas vueltas y después la ayude para mecerla en el columpio y otros juegos pequeños; se divertía mucho. Después de un rato le dije que ya era hora de irnos. Aun teníamos que bañarnos y preparar una pequeña maleta para nuestra estadía en casa de mis padres por esta noche.
Tan pronto estuvimos listas, llame a Renata.
Hola mama – dije cuando contesto.
Hola Lea, ¿vas a traer a Halia? Ahora no me avisaste nada – cuando trabajaba en sábados dejaba a mi hija con sus abuelos y entre semana recurría a una guardería.
Mmm por eso hablaba, hoy no trabajo y me pregunto si podíamos pasar la noche con ustedes y poder hacer algo como familia mañana.
Claro hija, las esperamos. Maneja con cuidado.
Te veo pronto. Adiós.
Vamos princesa es hora de irnos.
Se acerco hacia a mí y la lleve cargando hasta el auto. En el camino hacia abajo nos encontramos con mi vecino Gerard padre, él tenía unos 60 años y cada que veía a Halia tenía un dulce para ella y hoy no fue la excepción, le dimos las gracias y continuamos bajando. No era nada agradable vivir en el quinto piso.
La casa de mis padres estaba a unos 20 minutos en las afueras de Seattle. Ellos insistían en que viviéramos con ellos, pero sabía que necesitábamos nuestro espacio, aunque este fuera pequeño.
Apenas me estaciones afuera de la casa, mi padre salió a recibirnos.
Donde están mis princesas – como me hacía reír que mi padre aun me viera así.
¡Abuelo! – grito Halia saliendo del carro tan pronto le quité el cinturón y abrí su puerta. El la recibió con un gran abrazo y se acercó a ayudarme con mi pequeña maleta.
¿Cómo estás papá?
Muy bien Lea. ¿Todo bien en el trabajo? – supuse que mi mama ya le había comentado de mi inesperado descanso.
Si solo me dieron el día libre por una remodelación en la librería – su rostro se tranquilizó ante esto. Es de esperarse, al ser madre soltera solo yo me ocupo de mi hija, perder el empleo es algo catastrófico.
Que bien. Pero pasen que está un poco fresco aquí afuera.
El resto de la tarde le ayude a Renata a preparar la cena y Halia no dejo de jugar un segundo con mi padre. Después de cenar comimos pastel y vimos una película en la que mi pequeña se quedó dormida. La lleve a dormir al cuarto de huéspedes esperando que durmiera hasta la mañana siguiente.
El resto de la noche la pasamos platicando acerca de cómo me iba en el trabajo y el hecho de que Halia entrara al kínder el próximo año escolar. Hicimos planes para mañana ir a caminar al bosque y hacer un picnic.
Pronto llego el domingo y todos nos preparamos para nuestra caminata. Solo debíamos manejar unos 10 minutos para llegar a una parte del bosque muy agradable. Tan pronto llegamos comenzamos a caminar por unos 15 minutos para llegar aun claro que ya conocíamos. Mi padre llevo cargando todo el tiempo a Halia, pero tan pronto llegamos empezó a correr con ella lanzando la pelota.
¡Halia ten cuidado con las piedras de alrededor! – dije algo preocupada.
¡SI MAMI! – grito desde lejos.
Después de un rato vi que mi padre ya estaba cansado así que me dirigí hacia ellos
Vamos Halia deja descansar a tu abuelo. Yo jugare contigo.
Lanzamos un rato la pelota y después me dijo que quería brincar sobre las piedras de alrededor. La coloque encima de una de ellas e iba sosteniéndola de una sola mano. Las piedras eran bastante grandes así que no me tenía que agachar.
Pero como son los descuidos de un momento, que de pronto sentí como caía mi pie en un hoyo lo cual hizo que perdiera el equilibrio y soltara la mano de Halia. Ella cayo del otro lado de la roca y solo de pronto escuche sus gritos.
¡LEA, HALIA! – decían a gritos mis padres acercándose en un momento.
Mi madre se acercó y me ayudo a incorporarme pero mi tobillo me dolía un poco y no podía apoyarlo. Mi padre salto la roca atléticamente y se acercó a mi pequeña que no dejaba de llorar.
Lea cariño, Halia se fracturo el brazo – menciono Evan del otro lado.
En ese momento me sentía tan insegura, ni siquiera podía caminar para ayudarla. Mi padre la llevo cargando y mi madre me fue dando apoyo para poder regresar al auto y poder ir al hospital enseguida.
Serán cosas del destino, pero como agradecía que íbamos en la patrulla de mi padre. El prendió la sirena y llamo al hospital reportando el accidente para que nos pudieran atender enseguida. Mi pobre Halia iba en mi regazo y no paraba de llorar y solo decía
Me … me duele mami, me duele.
Lo se cariño, ya vamos a llegar – su bracito bueno solo se aferraba más a mí y el camino hacia el hospital no se me pudo haber hecho más largo. Solo daba besos en su cabecita, pero ella sufría mucho.
Cuando llegamos al hospital inmediatamente un par de enfermeros nos acomodaron en sillas de ruedas, saludaron a mi padre y le prometieron que nos atenderían en seguida.
Poco sabia yo que este momento me llevaría a conocer al hombre de mis sueños.
Valla parecía una oferta caída del cielo. Pero ahora tenía un gran problema, Micolash no quería ver ni en pintura a Riley, el dejo bastante clara su postura el día de la boda.Ahora tenía que armarme de valor y contarle sobre la propuesta. Diablos, creo que desde que lo conozco nunca había deseado que llegara muy tarde a casa.El resto de mi día fue la rutina diaria. Micolash llego a las 7 y cenamos todos juntos. A las 9 acosté a Halia y Micolash y yo nos sentamos a ver la tele. Yo estaba recargada sobre su hombro y lo agarraba del brazo, fue tiempo de un comercial y sabia que era hora.¿Micolash?¿Si?Hoy recibí una llamada – dije temerosa.Por que tan misteriosa, ¿quién era? – pregunto sonriente.Me ofrecieron trabajo.Wow, que bien. ¿En donde, con quien? – es ahora o nunca Lea.RileyelamigodeAlice – dije de corrido casi inentendible.No te entendí nada muñequita, ¿Quién?Vamos Lea no seas gallina.El amigo de Alina… Riley – él se quedo muy serio procesando lo que le había dicho. Si
Una semana después…Lea:Parecía que había estado en el teléfono y en la computadora todo el día. Primero estuve hablando con Ariana y me dijo que las cosas en la librería seguían tensas y ya estaba buscando otro lugar en donde trabajar pues Greg se ponía cada vez más difícil. La animé mucho y estuvimos platicando que su madre se sentía un poco mejor de su artritis y además de que había conocido a un chico que de acuerdo con ella era muy divertido. El afortunado se llamaba Eric y no podía esperar a conocerlo.También hablé con Gerard al parecer le iba bien vivir con hermano y me platico algunas de las actividades que hacían juntos. Le gustaba tener compañía. Le mandó un gran saludo a Halia y prometió que vendría a visitarnos.Luego hable con mi madre pero con ella era solo la platica rutinaria de todos los días.Después de eso me puse a limpiar un poco el departamento y cuando vi la hora ya era tiempo de recoger a Halia. Cuando regresé, ella se recostó en el sillón y tomó una siesta.
Lea:Todo había salido perfecto, la ceremonia había sido hermosa y mi Halia lucio tan tierna llevando el vestido de Alina.Al conocer a la familia de Micolash me encontré con un cálido recibimiento y eso me hacia sentir aceptada. Francamente tenía miedo de su opinión por el hecho de que yo tenía una hija pero parecía no importarles. Todos decían que era una niña adorable.Ahora Halia andaba corriendo con Michelle, parecía que la había presentado con otros niños y ahora jugaban a las escondidas. Por supuesto Halia fue a ocultarse bajo nuestra mesa. Micolash y yo estábamos en la mesa encubriéndola viendo a los demás bailar. Más tarde fui invitada a la pista.Lea me concedes esta pieza – me pregunto Julius.Claro – tome su mano y nos dirigimos hacia el centro de la pista. No era una gran bailarina pero al menos me defendía mejor que mi padre. La pobre Renata siempre tenía que buscar a alguien más para poder bailar. Me daba risa como mis padres eran tan diferentes.Es hermosa la fiesta –
Micolash:La fecha había llegado. Mi hermana Alina se casaba hoy. Me sentía muy feliz por ella, hoy daba un paso más en su vida y eso me traía a la mente todos los recuerdos de nuestra niñez. Recuerdo como jugábamos en el jardín de la casa, como llegue a defenderla en la escuela de niños que la molestaban, nuestras platicas ya como adolescentes confesando cuando nos gustaba alguien, en fin grandes momentos que habíamos pasado juntos.La ceremonia era a las 6 de la tarde, yo estaba vestido con mi smoking y Halia ya había sido vestida por su madre.Voltee hacia el reloj, ya eran 4:30 y aun teníamos que pasar a casa de mis padres para irnos todos juntos. Por eso me impaciente un poco y llame¡LEA!Ya voy, no me presiones – escuche la voz estresada de mi novia.¡Se nos hace tarde, Alina nos matara!Ya casi termino – grito.Mientras esperábamos, Halia me estaba presumiendo su hermoso vestido, era azul cielo y de muy buen gusto para una niña pequeña. También me presumía su peinado pues Lea
Lea:Apenas iba despertando, busque mi celular para ver la hora y vi que eran las 9. Que alegría que Micolash no tenía que pararse temprano hoy, pero claro no podía olvidar el motivo por el que yo aun seguía dormida: no tenía empleo. Suspire aun afectada por el hecho, pero sabia que me las arreglaría. Voltee al otro lado de la cama y Micolash seguía dormido. Le di un beso en la mejilla y me baje de la cama para ir con Halia.Llegue a su habitación y ella no estaba, me alarme un poco y fui hacia la sala y allí la encontré viendo las caricaturas con el volumen muy bajito.Hija, ya despertaste – dije agachándome para darle un beso.Si mami. Tengo hambre – esta pequeña siempre tenía hambre.Te preparare algo delicioso. Ven.Cuando estábamos en la cocina, decidí picar un poco de fruta pero Halia quería picar el melón, le di un cuchillo más inofensivo de plástico y comenzó a partir pedazos muy desiguales para su platito. Cuando termino de hacerlo supuse que era hora de hablar con ella.¿Hal
Lea:La carta que venia con las flores era pequeña pero no importando la cantidad sabia que serian unas hermosas palabras.LEA:UNA TARJETA COMO ESTA NO ES LO SUFICIENTEMENTE GRANDE PARA AGRADECER EL MONTÓN DE ALEGRÍA QUE HAS TRAÍDO A MI VIDA. HAS DESCUBIERTO EN MI A UN HOMBRE QUE PROMETE ENTREGARTE SU AMOR POR SIEMPRE.TU COMPAÑÍA ME HA HECHO EL HOMBRE MÁS FELIZ DE ESTE PLANETA Y ESPERO QUE PODAMOS COMPARTIR FESTIVIDADES COMO ESTA POR MUCHO TIEMPO.TE AMO, NUNCA OLVIDES QUE SIEMPRE ESTAS EN MI MENTE Y EN MI CORAZÓN.CON AMOR, MICOLASH.Si de algo podía estar segura en esta vida, era mi amor por Micolash. Las palabras que me dedicaba y ese arreglo de rosas que abarcaba la mitad de la mesa me indicaban sus sentimientos. Termine de leer la tarjeta y se acerco a besarme. Halia empezó a reírse como siempre lo hacia cuando nos veía a besarnos y por eso nos tuvimos que separar.Es hermoso lo que me dices.Es solo la verdad – sus palabras me daban aliento por mi situación actual y era mejor
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