El buen médico

Micolash:

Hoy era el gran día. Lo presentía, la situación será perfecta, toda mi familia estaría allí. Por fin le pediría a Tanya que se casara conmigo.

Sentía que ya estaba listo, ambos nos conocimos en la preparatoria y éramos amigos, pero al ir a la universidad ella se fue a California a estudiar. Paso el tiempo y hace dos años nos reencontramos, empezamos a salir y en cuestión de días ya éramos pareja. Quizá sueno como cualquier hombre pero agrego que mi novia es muy guapa. Su cabello rubio me encantaba. Ambos tenemos 28 años y creo que es la edad perfecta para establecernos. Tenemos un buen empleo, ella es publicista y yo soy doctor en el área de urgencias del hospital de Seattle. Nuestros horarios son un poco locos pero logramos manejarlo para vernos.

Aun era temprano y afortunadamente tenia el día libre así que me duche y vestí para ir por Tanya e ir a casa de mis padres para el almuerzo. Me cercioré por lo menos tres veces de que llevaba el anillo, no quería quedar como un tonto al olvidarlo.

El apartamento de mi novia no esta muy retirado así que llegue en solo 10 minutos. Me estacione cerca de la entrada, saque mi celular y marque.

Hola guapo – contesto Tanya alegremente.

Hola amor, ¿ya estas lista?

Si ya casi, ¿Por qué no subes?

Porque si subo, comenzare a besarte, te llevare a la cama y no iremos con mi familia.

Mmm suena tentadora la posibilidad. Anda Micolash sube – pidió chillonamente.

No amor, le prometí a mi madre que llegaríamos temprano – lo que menos necesitaba para este día eran retrasos. Quería que mi proposición fuera perfecta.

Esta bien, pero no te escaparas de mi esta noche – añadió seductoramente.

Cuento con eso – dije sonriendo. Celebraríamos toda la noche.

Bajo en cinco minutos.

Ya habían pasado 15 minutos y aun no bajaba, de seguro quería que me impacientara y subiera por ella, pero no señor no caería, así que saque mi celular y le mande un mensaje : “No va a funcionar señorita, anda se hace tarde”.

No hubo respuesta y después de 2 minutos salio por el edificio. Entro al carro se puso su cinturón y no dijo nada.

¿Qué, ni siquiera un buenos días recibiré?

Anda Tanya no seas así – dije acercándome a su rostro. No había respuesta. Me acerque hasta que toque sus labios y sentí que solo yo la besaba, trate de profundizarlo y por fin reacciono. Sabia que no se podía resistir.

Bueno vámonos, creo no querías llegar tarde – menciono con una sonrisa.

Claro que no. Te amo Tanya.

Te amo Micolash – nos dimos un beso rápido, encendí el auto y nos fuimos.

En el camino solo la pasamos cantando canciones y cada que podía ella besaba mi mejilla. Esta mujer me volvía loco. Al menos me alegraba eso ya que había un pequeño detalle que mi familia creía que yo no sabia. A ellos no les simpatiza mucho Tanya. Nunca habían sido groseros con ella pero presentía que no les agradaba. Mis hermanas Amanda y Alina algún día comentaron que ella les daba mala vibra y creían que no era honesta, esa platica la escuche a escondidas y debo decir que me dolió oírlo. Mis padres, Julius y Abigaíl siempre se portaban cordiales con ella pero mi madre tenia sus reservas.

Pero a fin de cuentas yo era el que estaba feliz así que solo eso me importaba. Puede sonar conformista pero en verdad amo a mi novia y quiero pasar el resto de mi vida con ella.

Cuando llegamos, mi padre a salió a recibirnos.

Hola hijo, ¿Cómo están? – era un poco ridículo que me preguntara eso pues todos los días me veía en el hospital. El es el jefe del área de urgencias del hospital.

Muy bien papá.

Hola Julius, gracias por invitarnos al almuerzo.

No es nada Tanya. Pero pasen, pasen.

Entramos y saludamos a mi madre quien nos recibió en la sala muy alegre debido a que últimamente estaba muy ocupada ayudando a mis hermanas para abrir una tienda en la que pudieran vender sus diseños. Todas estaban fascinadas con esto de la moda.

Cuando bajaron mis hermanas de sus habitaciones me saludaron alegremente y a Tanya solo un pequeño hola. Después de un rato en la sala note que mis hermanas no establecían un esfuerzo por integrar a Tanya y la verdad me estaba cansando, les lancé una mirada para que fueran a la habitación de al lado.

¿Qué les pasa a ustedes dos? – dije de forma seria.

Ey tranquilo hermanito de que hablas – dijo Alina

De Tanya.

No le hemos hecho nada – dijo Amanda.

Dejen de ser tan frías con ella.

Oh Micolash tu eres nuestro hermano mayor y creemos que te mereces algo mejor.

ELLA es lo que merezco, así que acéptenlo, por favor – solo suspiraron y dijeron – esta bien lo intentaremos.

En ese momento mi madre entro y nos dijo

Que tanto hacen aquí ustedes tres. Vengan el almuerzo ya esta.

Si ya vamos – ella salio de la habitación y me dirigí a mis hermanas – miren hoy es un día especial, no les diré que tengo planeado pero por favor apóyenme.

Ellas se me quedaron viendo de manera cuestionable y solo les dije – ya verán de lo que hablo.

Esta bien Micolash, lo haremos a tu modo. Te amamos – dijo Amanda.

Yo también, vamos.

Llegamos al comedor y toda la mesa estaba llena de comida, me senté al lado de Tanya y el almuerzo transcurría en calma. Tenia planeada mi proposición para después del almuerzo cuando todos estuviéramos en la sala. Cuando la sirvienta estaba apunto de empezar a recoger todo, de pronto se escucharon dos tonos bip, bip, bip de los localizadores. Genial. Ahora era llamada del hospital para mi padre y a mi.

Mi padre saco inmediatamente el suyo lo checo y se dirigió inmediatamente al teléfono. Cuando regreso me informo que había un accidente muy grave y necesitaban personal.

Pero chicos se supone que tiene el día libre – mi madre siempre se sentía mal cuando nos llamaban del hospital cuando teníamos que estar descansando.

Es nuestro deber mama. Lo siento – voltee y me dirigí hacia Tanya – Amor llévate mi carro, iré con mi padre y después pasare a tu departamento.

No te preocupes, es tu trabajo, anda ve – la bese dulcemente y me fui con mi padre.

Rumbo al hospital, sentí la pequeña cajita del anillo en mi pantalón, la palpe y suspire. Parece que tendrá que esperar.

No creo que tardemos mucho hijo, al parecer tenias planes, ¿no es así? – dijo desviando su mirada hacia mi bolsillo con una sonrisa.

Papá, se supone que no deberías saber – dije un poco apenado.

Eres mi hijo y te conozco muy bien. ¿En verdad te casaras con ella?

Si, la amo.

Me alegro por ti – se alegra por mi. Otra vez genial, ahora también se que mi padre no aprueba esta relación. Debió de haber dicho me alegro por ustedes, pero en fin. Decidí no comentar acerca de eso y comente

Solo no le digas a mama. Quiero que sea sorpresa.

Esta bien hijo.

Cuando llegamos al hospital, afuera de la sala de urgencias se encontraban muchas ambulancias. Después de un rato pudimos estacionarnos y nos dirigimos hacia adentro. Al parecer había ocurrido una carambola de 10 autos y teníamos muchos heridos. Una vez adentro nos dividimos mi padre y yo. Me dirigí con la enfermera que encontré mas cerca

Hawkins, que bueno que llego, estamos muy ocupados.

Si me doy cuenta, ¿Qué tenemos Kate?

Un joven con dolor abdominal y una niña de 3 años con posible factura en el brazo. Sus vitales del chico están bien pero tiene mucho dolor. La niña no viene del accidente, al parecer se cayo en el bosque – bueno al menos no atendería casos tan estresantes. Solo lidiaría con casos comunes.

Revise rápidamente al chico con dolor abdominal pero solo se sentía mal por comer tanta chatarra así que le di medicamento y lo di de alta, necesitábamos todos los espacios posibles. Cuando termine Kate me vio y me recordó de la niña con fractura y le comente

Ok la revisare enseguida – entre al cuarto donde esperaba la pequeña y me partió el corazón la escena que encontré.

Ma… ma… mami – decía la niña mas hermosa que había visto en mi vida. Tenia su cabello totalmente rubio, su piel muy blanca y tenia pequeñas pecas en sus mejillas pero lo mas hermoso eran sus ojos, eran cafés pero ahora casi estaban cerrados, estaba exhausta de tanto llorar. La pobrecita lloraba y no paraba de pedir a su madre.

Me acerque a ella y sabría que no tendría problemas, era muy bueno con los niños.

Hola pequeña, ¿Cómo te llamas? – no hubo respuesta solo seguía llorando.

Yo soy Micolash y soy doctor. Te voy a curar ¿me dejas ver tu bracito? – asintió tímidamente y comencé a examinarla delicadamente y en instantes lanzo un grito de terror. Si tenia una fractura.

Mira pequeña tienes un problema en tu bracito, pero le tengo que tomar una foto para ver como esta, ¿me dejas? – de nuevo asintió y pedí inmediatamente la unidad móvil de rayos X. Lo que menos necesitaba era llevarla a una sala llena de maquinas que la asustaran.

Le tomamos la radiografía muy rápido y cuando tuve la oportunidad de verla tenía un poquito desalineado el hueso pero no era muy grave. Tendría que darle un calmante y analgésico para que no le doliera a la hora de acomodárselo.

Cuando regrese con la niña le explique que le daría medicina y reconozco que no fue nada difícil tratar con ella, fue muy valiente incluso cuando le acomode su hueso.

Listo, tu brazo ya estará mejor, pero no podrás moverlo por un tiempo porque tenemos que envolverlo con yeso – solo asintió - ¿pero que crees?

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