Me miré por última vez en el espejo de cuerpo entero y terminé de ponerme el labial nude con las manos temblorosas. El color pálido disimulaba mi pulso acelerado. No sabía cómo debía ir vestida a una entrevista para ser una madre falsa para los hijos del CEO, pero supuse que los pantalones y el saco negro formales, que había confiscado del clóset de mi madre, con una camisa blanca sencilla abajo, estarían bien. Era lo más "ejecutivo" que poseía la familia Williams.
¿O no? ¿Pareceré una vendedora de seguros que se pasó de copas la noche anterior?
Apoyé mis manos y mi frente en la pared fría del baño e inhalé con profundidad. Nunca había estado así de nerviosa, ni cuando fui a la entrevista de trabajo en la heladería. Pero es que este no era cualquier trabajo, y sentía que aún no me daba cuenta de la magnitud del desastre en el que estaba a punto de meterme.
¿Hacerme pasar por la madre de dos niños? ¿Yo? ¿Una mujer de veinticuatro años que no es tan madura que digamos?
Me arrepentí de ha