La noche se desvanecía, dejando tras de sí una estela de incertidumbre y posibilidades. Dante y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones, el peso de los acontecimientos recientes gravitando sobre nosotros.
—Hermano, date un baño y descansa —me aconsejó Dante al llegar a mi puerta—. Es verdad lo que dice Fabrizio, pudiste evitar ese golpe si estuvieras concentrado. Vamos, Alonso, no debe volver a pasar. Superaremos esto juntos. —Hizo una pausa y añadió con una sonrisa enigmática—. Ahora voy a terminar algo que interrumpiste. Hasta mañana.Sin más, salió corriendo hacia su habitación. Me quedé intrigado, ¿a qué se refería? Lo vi introducirse con sigilo en ella, gesto que imité al entrar en la mía. Celia dormía plácidamente. Me apresuré a darme un baño, limpiando las huellas de la bat