UNIVERSO FERRARI Tamara Castelli es una mujer que se casó muy joven, y por cinco años ha deseado ser madre. Aunque las cosas en su matrimonio no marchan bien, ella piensa que un hijo puede hacer la diferencia, entonces convence a su esposo para hacerse una inseminación artificial. Unas semanas después descubre que su mundo no era lo que pensó, su vida siempre ha sido una mentira, y para colmo por fin esperaba el hijo que tanto deseo, porque la fertilización es un éxito, solo que es del padre equivocado. Xavier Sebastini Ferrari quiere ser un padre, sin un matrimonio y sin complicaciones y para eso, contrata a una mujer para que sea la madre sustituta de su hijo. Después de hacer el procedimiento y descubrir que todo fue en vano, recibe una noticia inesperada. Inseminaron a otra mujer... La madre piensa que es el padre equivocado, pero él está dispuesto a demostrarle que es el correcto… Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta historia sin la AUTORIZACIÓN de su autora.
Leer más—Señora Castelli, lamento decirle que no es muy probable que usted y su esposo puedan tener un hijo por vía natural —dijo el doctor arreglándose los lentes.
—No entiendo ¿Qué quiere decir? —preguntó Tamara sintiendo como si le hubieran dado un mazazo por la cabeza y la dejaran aturdida.—Justo lo que entendió, debemos probar varias maneras de poder fertilizarla, puede ser, en primer lugar, por inseminación artificial y si esa no funciona podremos probar por fertilización in vitro. Pero lo primero que necesitamos hacer, es que su esposo venga para tomarle las muestras que usaremos para el proceso.Ella suspiró con un poco de preocupación, rogando en su interior que su esposo no pusiera peros para ese asunto.—Está bien doctor, hablo con mi marido para que venga, aunque creo que me costará convencerlo —dijo ella sintiéndose preocupada.—Pero es necesario, de lo contrario no podremos hacer nada.Ella asintió y se fue a su casa, ese día llegó haciendo una deliciosa cena, la comida preferida de su marido, así esperaba convencerlo.Esperó por horas hasta que a las diez de la noche, casi cuando se estaba durmiendo en el sofá, apareció.—Joel —dijo ella emocionada—, necesito hablar contigo.—Ya lo estás haciendo ¿Me tienes noticia? ¿Por fin estás embarazada?—Aún no, pero… —antes de que ella pudiera decir algo más, él la interrumpió.—Ya veo cuál es el problema, tú eres infértil, solo así se explicaría que no hayas podido quedar embarazada.—El médico me dijo que podíamos intentarlo con una inseminación artificial, necesitan que vayas para que te tomen la muestra que usarán —pidió, pero su esposo hizo un gesto de molestia.—Mira Tamara, sabes que ya estoy cansado de esto, me siento como un animal siendo objeto de estudio, solo porque al parecer tú no puedes quedarte embarazada, no me vengas a querer hacerme pagar a mí por tus deficiencias.Las palabras del hombre la golpearon peor a como si le hubiera propinado un golpe físico, pero escondió su pesar y siguió insistiendo.—Por favor, Joel, intentemos de nuevo —pidió en tono suplicante—. Vayamos mañana.El hombre se quedó viéndola con desagrado, pero su voz fue tranquila.—Está bien, acepto, pero te voy a advertir que esta es la última vez que me someteré a esto, más te vale que funcione porque de lo contrario voy a pedirte el divorcio… después de todo, tú resultaste ser un fiasco, una mujer que no fue lo que pensé —expresó con molestia.—Tú no puedes estar hablando en serio… seguramente lo estás haciendo porque estás dolido, frustrado —declaró ella sin poder creer las palabras ofensivas de su esposo.—Nunca he hablado más en serio en toda mi vida… estás advertida y gracias por la cena, pero no tengo apetito —declaró y la dejó en la cocina con todo lo que había preparado.—¿Pero qué voy a hacer con toda esa comida? —preguntó ella con pesar.—¡Cómetelos tú! O ¡Bótalos a la basura! —exclamó retirándose.Tamara lo vio salir con una mezcla de sentimientos rabia, tristeza, suspiró profundo y comenzó a recoger la mesa que con tanto esmero había arreglado."No te molestes Tamara", se dijo "Quizás el estrés de esta situación lo tiene así" se dijo tratando de justificarlo y es porque cuando antes de casarse, él era un hombre detallista, preocupado, cariñoso, fue después de la boda que cambió, se puso frío y hasta un poco cruel, pero por más que le preguntó, nunca supo darle respuesta.Y luego, cuando se puso en tratamiento para salir embarazada, su cambio fue más notorio, tanto que ya no recordaba el hombre con quien se casó.Terminó de recoger la cocina, ni siquiera ella quiso comer, se le había quitado el apetito, se fue para la terraza con su teléfono y llamó a su mejor amiga.Después de varios repiques, su amiga la atendió.—Freya, ¿Estabas durmiendo?"Estaba a punto, pasa algo ¿Qué te hizo ahora tu adorado esposo?"—¿Cómo lo sabes? —ante el silencio de su amiga, no esperó respuesta—. Llegó molesto, le había preparado sus platos preferidos, pero ni siquiera los vio… debí recoger todo y ahora tengo comida para alimentar un regimiento por más de una semana —señaló con tristeza."Ay, muñeca, tú no aprendes, yo hubiera tomado las cazuelas de la comida y se las pongo de sombrero para que sea serio ¡Es un desconsiderado!"—Tal vez está estresado por la situación de que no hemos pedido tener hijo… yo lo entiendo"Tú también lo estás y no te veo comportándote de esa manera… te voy a decir algo y espero no te molestes, pero yo que tú simplemente me lo pensaría bien tener un hijo con ese hombre, creo que tipos como él, no deberían reproducirse, mejor para la raza humana si se extinguen, no le hacen ningún bien a la humanidad".—Ay Freya, no digas eso, sabes que él no siempre ha sido así… ahora está pasando por un mal momento, todos pasamos por malos momentos —lo justificó."Si solo que lo de él se ha prolongado", dijo la mujer al otro lado de la línea con un suspiro de resignación porque sabía que Tamara no iba a dejar de defenderlo, en la vida no había peor ciego que aquel que se niega a ver.*****Una semana después—Señor Sebastini, llamó el médico hoy le hacen la inseminación a la señorita Castelli.—¿Es necesario que vaya? —preguntó aunque tenía una reunión de trabajo, le gustaría estar presente cuando inseminarán a la mujer.—No es necesario, señor, ya el médico le avisará cuando todo esté listo.—Perfecto, recuérdele a la señorita Castelli que se mantenga bajo perfil, cero declaraciones a la prensa, cuando ya esté embarazada, se trasladará conmigo a uno de los apartamentos, quiero ver todo el proceso de desarrollo de mi hijo en su vientre.—Así se hará, señor, tal como lo establece el contrato.El hombre tenía demasiada ansiedad, había decidido tener un hijo de esa manera porque no quería atarse a ninguna mujer, a lo largo de su vida había tenido muchas decepciones y no quería ninguna mujer reclamándole o queriéndolo chantajear a través de su hijo y pese a que le dijeron que no era necesario que fuera, terminó apareciéndose, es que no le gustaba dejarle nada al azar.Entretanto las dos mujeres esperaban en un consultorio, uno al lado del otro, la enfermera vio las dos especies de bandejas con las jeringas señora Tamara Castelli, señorita Tamara Castelli.La enfermera frunció el ceño y luego tomó una decisión, entró al consultorio donde estaba la mujer y preguntó.—¿Usted es la señorita Castelli?—Si soy yo —respondió con seguridad.—Perfecto —respondió.Dejó todo lo necesario allí para la inseminación y luego se fue al otro consultorio y dejó las muestras allí."¡Qué coincidencia! ¡Se llaman iguales! Menos mal que pregunté" dijo la mujer saliendo.Segundos después entró el doctor.—Empecemos con el procedimiento señora Castelli.Cuando Freya lo vio, sintió que las piernas le temblaban como si estuvieran hechas de gelatina, porque nunca se imaginó que se iba a encontrar a su ex allí, y aunque se sintió un poco afectada por su presencia, alzó el mentón con firmeza.—Fabricio, tanto tiempo.—¡Qué alegría verte! Freya —señaló acercándose a ella, la abrazó con alegría como si fueran los mejores amigos del mundo.La incomodidad se dibujó en el rostro de la mujer y lo apartó de él.—Freya es impresionante cómo actúa el destino, no sabes cuántas veces durante este tiempo he deseado verte.—La verdad es que ni un solo momento he deseado verte… y ya ni siquiera recuerdo los momentos que estuvimos juntos.El hombre vio a Marco pendiente de ellos y le dijo.—¡Recoja la valija! —exclamó.—¡¡¿Perdón?!! —inquirió Marco conteniendo la risa, mientras pensaba que el hombre se había creído que era su sirviente.—¿No se supone que eres el chófer? —preguntó con un tono déspota, sin esperar respuesta continúo hablando— haz tu trab
Y así, en brazos de Marco, Freya se durmió tranquila, con una paz que nunca había sentido, por primera vez se sintió amada, protegida, segura.Pronto llegó la mañana, luego de ducharse y vestirse bajaron a desayunar, la salida para las zonas rurales, estaba prevista para después del mediodía.—De haber sabido nos quedamos encamados hasta las diez —dijo ella con una sonrisa.—¿Estás segura de que solo querías estar encamada? —pronunció coqueto.—¡Qué mal pensado eres Marco! Yo solo quería dormir para reponer energías.—¿Entonces no tienes energía? —sin esperar su respuesta continúo hablando—, porque yo estaba pensando precisamente a dar un paseo por la ciudad, pero si no puedes —bromeó y ella enseguida lo corrigió.—Qué casualidad, repentinamente, me siento enérgica —sonrió.Los tres desayunaron entre risas, los compañeros de Marco se acercaron y comenzaron a bromear con ellos.—Doctor, es usted un privilegiado, que una mujer tan hermosa se presente en un aeropuerto a declararle el amo
Ella lo miró a los ojos e intentó sonreír, pero solo consiguió gemir de nuevo, su cuerpo estaba demandando más.Ella lo deseaba con tal intensidad que sintió una mezcla de temor y excitación en su interior al ver el brillo de los ojos de Marco, había algo de animal en él. A pesar de eso, sabía que podía confiar en él.Marco la levantó y la llevó a la cama, la recostó con cuidado a espaldas en la cama. Se tumbó sobre ella, le abrió las piernas con suavidad y lentamente se introdujo en su cuerpo, que era una delicia para él. —¡Oh por Dios! Esto es maravilloso… eres tan estrecha, es mucho mejor como lo recordara.Freya no podía sentirse más completa, porque estaba sintiendo una mezcla de placer con la sensación de seguridad que le daba Marco.Él comenzó a moverse lentamente dentro de ella, entrando y saliendo de su cuerpo, haciendo crujir la cama, con un ritmo constante y poderoso. Cada vez que estaba dentro de ella se sentía como si fuera la primera vez. La sensación fue tan intensa,
—Mi amor, pero tenemos un problema… no puedo desistir de ir a ese programa de ayuda, no me sentiría del todo bien conmigo mismo haciéndolo —cuando pronunció esas palabras, él vio la expresión de tristeza en el rostro de Freya.—Lo comprendo perfectamente, entonces ve a tu programa, yo esperaré ansiosa tu regreso —respondió ella, y aunque entendía que él no podía dejar todo tirado para quedarse con ella, no pudo evitar sentir un poco de tristeza.Ella le dio un beso y con voz quebrada, habló.—Anda ve a tu vuelo —le pidió ella, pero él no se movió, se mantuvo a su lado.—No, estoy esperando algo —le dijo con tranquilidad.—Pero ya va a salir tu vuelo —expresó preocupado.—No, aún falta una hora, así que tenemos tiempo.La tomó por los hombros y la acercó a su cuerpo, ella frunció el ceño sin saber a quién esperaba, de pronto se vio en el cristal y se dio cuenta de su atuendo.—¡Por Dios Marco! ¡Ando en pijama! ¡Qué loca! ¿Qué va a pensar la gente de mí? —pronunció mortificada.Marco so
—¡¿Qué?! —dijo Freya abriendo los ojos esperando escuchar que solo era una broma, que solo hablaba de irse solo por unos días.Freya sabía que seguramente Marco iba a pensar que pretendía una respuesta más extensa, porque, ¿Qué podía decirle? ¡¿Qué no quería que se fuera?!.—¿Qué? —repitió él, al ver que ella no aclaraba nada.—¿De verdad vas a irte? —dijo Freya al fin.—Sí, creo que a ti no te importará… porque como quieres poner distancia entre nosotros, quizás esta sea la mejor manera de hacerla… —dijo Marco deseando en el fondo de su ser que ella le pidiera quedarse. Freya sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Marco. No podía creer que pensara que quería alejarse de él de esa manera. Había decidido tomarse un tiempo para evaluar su relación, pero nunca había pensado en que eso significara que quería que se fuera de su vida ¿Cómo haría eso? Si por él había tenido sentimientos que nunca había sentido por ningún otro hombre. —No es eso, Marco. No quiero que te va
Marco no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar esa clase de provocación, pero, aun así, no podía dejar de desearla. La deseaba tanto que la idea de no tenerla lo hacía enloquecer. Se apoyó del marco de la puerta, totalmente sorprendido por su reacción, en realidad no se lo esperaba, no podía creer que tuviera la fuerza de voluntad suficiente para alejarse de él.Se le erizó la piel y su corazón comenzó a latir con más fuerza. Se puso de pie, la miró como si fuera una presa y caminó detrás de ella. En cuanto Freya vio que él se levantaba y comenzaba a perseguirla, se detuvo y lo miró directamente a los ojos. Sin pensarlo, se deslizó hacia atrás hasta quedarse sentada en el escalón superior, con las piernas abiertas dejando ver su humedad femineidad, que palpitaba deseosa por ser poseída, arqueó su cuerpo un poco hacia atrás, al mismo tiempo que posaba su mirada en él de manera seductora.Marco se acercó, posó sus manos en el escalón a cada lado del cuerpo de Freya, mientras sus
Último capítulo