Las palabras se me atragantaron de forma evidente. ¿Estaría bromeando conmigo? No creía posible que una novia debiera compartir el lecho y luego ser declarada digna de coronarse o todo lo contrario. ¿Y en tal caso, si no complacía al rey, sería expulsada con deshonor?
—Como usted es una Edazón legítima, se ha tenido en consideración y por ello la coronación se realizó junto con el enlace —continuó explicándome el anciano con total naturalidad—. Por eso el astil del agua y yo debemos permanecer a su lado, para responder en caso de que hayamos cometido un error al celebrar antes la coronación.
¿¡Que estaba diciendo ese viejo!? ¿A caso insinuaba que yo no era virgen?
Inmediatamente se echó a reír, dándome a entender que se trataba de una broma, pero su presencia y la del pobre astil del agua, era lo suficiente real para mí. Esos hombres tendrían que esforzarse para que yo le agradara al rey, a pesar de que, por la delicada situación del reino, no creían posible que pudieran rechazarme po