Sombrael no se movió de su posición. No necesitaba hacerlo. Su mera presencia dominaba el paisaje devastado como un agujero negro domina la luz. Simplemente los observaba, y ese observar era suficiente para hacer que cada instinto de supervivencia en Dante gritara que huyera.
Pero no había a dónde huir.
—Está esperando —Zara susurró, sus sentidos mágicos palpando la situación. —Sabe que estamos aquí. Quiere que vayamos a él.
—Es una trampa— Aria dijo, su mano ya en su arma.
—Todo es una trampa— Víctor respondió amargamente. —Sombrael no es como Kaos o Malvora. Es estratégico, paciente. Ha estado despierto lo suficiente para prepararse.
—¿Cuánto sabes de él? —Dante preguntó urgentemente.
—Los archivos decían que era el líder —Víctor explicó mientras se movían cautelosamente hacia el centro del territorio. —Los otros tres Alfas Caídos lo seguían. No por miedo sino por respeto. Era el más fuerte, sí, pero también el más inteligente. Un general, un rey, no solo un guerrero.
—¿Debilidades?