Tres meses después de que Dante encontrara paz con su nuevo propósito, todo cambió.
Dante despertó una mañana sintiendo algo extraño, una vibración familiar pero distante. El fragmento del Corazón de Luna dentro de él, dormido durante años, pulsaba débilmente.
—¿Lo sientes? —preguntó a Luna, quien también había despertado con expresión preocupada.
—Sí— Luna confirmó. —Es como... resonancia. Algo está jalando el fragmento.
Aria y Zara llegaron minutos después, ambas sintiendo lo mismo. Zara inmediatamente comenzó verificaciones mágicas, sus ojos cambiando de color rápidamente mientras escaneaba.
—El sello de Sombrael —anunció con voz tensa. —Está debilitándose más rápido de lo previsto.
—¿Cuánto más rápido? —Dante exigió.
—Años en lugar de décadas— Zara respondió sombríamente. —Mi visión original era correcta sobre el eventual fallo, pero incorrecta sobre el tiempo. Algo está acelerando el proceso.
—¿Qué podría hacer eso? —Aria preguntó.
—Interferencia externa— Zara explicó mientras di