Mari inspiraba profundo al tiempo que se paseaba lentamente por la oficina, pasó la punta de sus dedos por el escritorio, se detuvo frente a la pared de cristal desde donde se veía toda la ciudad y suspiró aliviada.
Nuevamente, había recuperado el control de su empresa, aunque ella había estado sustituyendo a Daniel en la presidencia mientras que él estuvo en su supuesto viaje de negocios, ahora era diferente porque oficialmente ella volvía a ser la presidenta y dueña.
El poder de Daniel se estaba desmoronando, claro que Daniel seguía en la empresa, sí, aún quedaba basura por sacar, obviamente, pero eso se acabaría pronto.
La puerta de la oficina sonó con un golpeteo, Mari invitó a pasar y la secretaria se asomó.
— Señora Collins… Ha llegado esto para usted… — La secretaria se acercó entregando a Mari un sobre.
Mari observó el papel intrigada, sintiendo un pequeño susto en el pecho mientras que lo abría, era una notificación judicial, el documento llevaba su nombre y un título en