Todos los reporteros saltaron sobre Daniel, dejándolo prácticamente sin salida, David, en el escenario, junto a Mari, se acercó desde atrás con una tenue sonrisa.

— Esto les va a doler… — Susurró David al oído de Mari.

— Y apenas es el comienzo… —Respondió ella, en voz baja. — Voy a descubrir quién está detrás de ellos también…

En medio del bullicio, Mari respondió un par de preguntas, mientras que desde abajo del escenario, aturdido, Daniel levantó la vista, Mari y su familia se marchaba y entonces lo vio.

Al salir, David y Mari se tomaron de la mano, eso fue un flechazo directo a su orgullo, ¿Ya ni siquiera lo ocultaban? Esto no se iba a quedar así.

…

La puerta principal de la casa sonó con un fuerte golpeteo desde muy temprano, se escuchaban fuertes gritos, Mari venía bajando las escaleras, mientras se amarraba la bata con cara de somnolienta, la joven del servicio habló bajo, intentando ser amable.

— Lo siento mucho, señor, pero usted no tiene permitido estar aquí… — Repet