La madre de Emilie se marchó cuando ella era niña, fue criada por su padre, tiempo después su novio, el chico con el que ha crecido, enferma repentinamente y necesita tratamiento médico, ella tiene que trabajar como bailarina en un hotel, un enigmático hombre se fija en ella, cuando su novio se encuentra en estado crítico y necesita mucho dinero, tiene que pedirle ayuda. La madre de Massimo saltó a la muerte porque su marido la engañó, pero él no cree en el suicidio y está decidido a vengarse de su padre y de su amante, cree que hay otra razón para su muerte, lleva años investigando. Al mismo tiempo, ha estado acumulando su poder para recuperar en secreto el poder de la familia de su madre y agruparse contra su propio padre, incluso fingiendo acceder a la petición de su padre de aceptar una prometida para casarse. Sólo ha utilizado a Emilie como una herramienta para hacer enfadar a su prometida, poco a poco se da cuenta de que se está enamorando de la chica, pero tiempo después recibe un informe de que la madre de Emilie era la amante que destruyó a su familia, lo que ocasionó que su madre se volviera loca y se suicidara , descubriendo que Emilie estaba en la escena del suicidio. Como resultado retira la ayuda económica que le ha prometido, sino que permite que su prometida la intimidé y permite que difunda rumores de que es una prostituta para vengarse de ella.
Leer másEmilieCrecí en un barrio pobre de mi ciudad, mi padre había perdido todo, mi madre se había casado con él antes de que eso sucediera, tengo muy pocos recuerdos de lo que pasó cuando mi madre nos abandonó, tampoco logró recordar su rostro, mi padre se encargó de borrar todas sus fotos.Sí bien mi padre no fue el mejor del mundo, trató en lo posible de que no notara la ausencia de mi madre, éramos él y yo contra el mundo, jamás la mencionó en casa, y yo al ver su sufrimiento, jamás pregunté por ella.Franco fue un gran amigo desde la infancia, al ser mayor que yo imagino que recuerda todo lo sucedido con mi madre, él vive en la casa que está justo al lado de la de mi padre.Mientras mi padre trabajaba, Franco me acompañaba, me apoyaba en todos mis proyectos, haciendo su máximo esfuerzo, defendiendome de las personas que trataban de aprovecharse, o de los que llegaban a molestarme, acostumbramos a estar juntos casi todo el tiempo, solo nos separabamos cuando él trabajaba y por las noch
Emilie logró reponerse después de un rato, entró en la villa para dirigirse hacia su habitación, al hacerlo, logró ver a Massimo y a Jane que estaban en la sala, él al notar a la chica, inmediatamente atrajó hacia él a la rubia.—Te parece sí lleno la tina con agua tibia, así podremos relajarnos un rato.—Claro mi amor, subamos.Al voltear, Jane pudo ver a Emilie que los veía mientras en su rostro se reflejaba una profunda angustia, en el rostro de la rubia apareció un gesto de burla, pasaron junto a ella para subir las escaleras, Massimo la ignoró por completo, como sí no existiera.Emilie empezó a subir las escaleras en cuanto la pareja se perdió por el pasillo que daba hacia la habitación de Massimo, la pobre chica sentía que los pies le pesaban, prácticamente los estaba arrastrando, le parecía imposible levantarlos.Al llegar a la puerta de su habitación, logró escuchar a Jane, por lo visto la pareja estaba disfrutando, y la mujer no pretendía ser discreta en lo absoluto sobre lo
Alonzzo se sentía inquieto desde que Jane había dicho que Emilie era la hija de su antigua amante, sentía un odio profundo por esa mujer, había prometido amarlo, y al final lo había abandonado por uno de sus socios que era mucho más joven.Emilie tenía algo que no le agradaba en lo absoluto, lo había sentido desde la primera vez que la había visto, y eso era algo que iba mucho más allá de que trabajara en un club nocturno.Ese día el investigador privado le entregó el resultado de la investigación que había ordenado hacer sobre la chica, al leer lo que estaba escrito en el documento, no podía creerlo.—Pero qué pequeño es el mundo, Beatrice, he tenido a tu hija cerca de mí todo este tiempo, me pregunto que será capaz de hacer mi hijo cuando se entere con quién ha estado viviendo, esa debe de ser igual que su madre. —La situación le parecía por demás divertida al malvado hombre.Tomó el teléfono para llamar a Jane de inmediato, estaba más decidido que nunca a separar a Emilie de Massim
Massimo no podía estar tranquilo, había llegado a la oficina, pero la duda llegaba por momentos a su mente, trataba de dejarla pasar, pero llegó el momento que ya no pudo soportar la incertidumbre, así que salió de su oficina para dirigirse hacia la casa de su padre.Alonzzo sonrió al verlo, sabía que lo buscaría, pasara lo que pasara, él seguiría siendo su padre, era imposible borrar los lazos de sangre.—Massimo, hijo, qué bien que vienes a ver a tu padre. —Se acercó a él, al ver el rostro frío de su hijo, sintió que no sería una visita agradable, la relación entre ellos no era buena, desde que había muerto su madre.—Necesitamos hablar. —Dijo de manera seria, la tensión que había entre ellos, casi podía palparse, Massimo esperaba que cuando menos por una vez fuera sincero.—Entonces, hablemos. —Contestó en el mismo tono que había utilizado su hijo, no acostumbraba a intimidarse.—¿Conocías a Emilie desde antes? —A Alonzzo le pareció extraña la pregunta, ¿Qué pretendía con eso?—A
Capítulo 34 Sembrando dudaMientras Massimo in tentaba hacer que Emilie y su hijo estuvieran lo mejor posible, Jane había buscado a Franco, la mujer no quería darse por vencida, pensaba que Massimo en realidad la amaba, solo estaba confundido por Emilie, la chica era joven, y él, como todo hombre, quería divertirse con ella.—Tú conoces mejor que nadie a esa mujer, intenta recordar, tal vez en su pasado pueda haber algo que los pueda separar. —Jane se sentía impaciente, estaba parada frente a Franco mientras movía su pie desesperadamente.—Uhmmm, dejame recordar, es que por más que busco no encuentro entre mis recuerdos nada que pueda servir, Emilie es una chica común, su padre la crió de manera humilde cuando sus padres se separaron.—¿Qué hay de su madre?—De esa mujer sé muy poco, solo los rumores que corren, que abandonó a Emilie y a su padre para irse con otro hombre, pero no sé si es real lo que dicen.Jane colocó su mano sobre su barbilla, mientras pensaba en eso.—Tal vez poda
Massimo esperó hasta que la prensa ya no estuviera rondando el corporativo para regresar a la villa, no quería exponer a la chica a otro mal momento, suficiente había tenido de eso por ese día.Decidió llevar a Emilie a su oficina, al fondo había una habitación, ahí podría descansar mientras él continuaba trabajando, por esos días el trabajo se le había acumulado.Cuando salieron del lugar donde estaban, se dirigieron al elevador para subir al piso donde se encontraba su oficina.Al atravesar el edificio, Emilie sintió que todas las miradas de los empleados estaban sobre ella, Massimo también se dio cuenta, pero bastaba solo una mirada de él, para que bajaran la mirada.Ella estaba segura que más que por su compromiso, la veían de esa manera por las fotografías, no había logrado encontrar su teléfono por ningún lado, lo había perdido en la villa, moría de curiosidad por saber qué era lo que decían sobre ella en las redes sociales, aunque imaginaba que no serían comentarios agradables
Emilie estaba en su habitación, aún no sabía lo que había sucedido en las redes sociales ni la decisión que había tomado Massimo, mientras se cepillaba el cabello, su mente divagaba, intentaba adivinar qué había pasado la noche anterior que había provocado que él llegara en ese estado.De repente, hubo un suave golpe en la puerta de su habitación, Emilie se sobresaltó, al abrir, se encontró con el ama de llaves.—Señorita Emilie, el señor Massimo me ha enviado para decirle que el chofer pasará a recogerla más tarde, dice que se arregle lo mejor posible, la esperara en la empresa.El corazón de Emilie empezó a latir con fuerza, la incertidumbre la invadió mientras trataba de descifrar qué podía significar todo eso. Entró en el vestidor para buscar un vestido apropiado, se midió varios, la ropa parecía ya no quedarle, después de un rato, encontró uno que la hacía sentir cómoda, además era muy bonito y elegante.Emilie terminó de arreglarse y bajó al comedor, el ama de llaves le había p
Emilie se sentía feliz, pensaba que por fin se estaba ganando el corazón de Massimo, su hijo nacería en medio de un ambiente cálido, estuvo tentada en levantarse temprano para prepararle el desayuno, pero decidió no hacerlo.La noche anterior, Massimo no se quedó con ella, con el pretexto de que ella necesitaba descansar bien, ¿Acaso no se había dado cuenta que ella descansaba mejor a su lado? Sobre su pecho encontraba un lugar reconfortante, y el latido de su corazón la hacía sentirse segura.No había mejor lugar para ella que ese, se levantó para arreglarse y así bajar a despedirlo cuando saliera hacia la oficina.Poco después, cuando él ya estaba por salir de la villa, ella bajó para despedirlo con un dulce beso.—Te estaré esperando, para comer juntos como siempre. —Él solo respondió con un ligero movimiento de cabeza, Emilie tuvo el presentimiento de que no había dormido bien, su rostro reflejaba un gran cansancio.Los planes de Massimo eran otros, casi no acostumbraba a beber, e
Emilie pensó que Massimo la dejaría ir, pero se había equivocado, de pronto la tomó y la alzó entre sus brazos, la recorrió con la mirada, buscando un indicio de si se había lastimado, afortunadamente parecía que no lo había hecho.Massimo terminó de subir las escaleras acunando entre sus brazos, Emilie no estaba lastimada, pero si aturdida por el accidente, al sentir que caía se había lastimado, la pobre chica solo se le queda viendo fijamente con los ojos llenos de lágrimas.Massimo al ver el estado en el que estaba, sintió una opresión dentro de su pecho, Emilie le parecía un ratoncillo asustado que temblaba entre sus brazos.—Lo siento. Emilie, en verdad lo siento, no debí de alterarme, mucho menos gritarte de esa manera, eso no le hace bien a nuestro hijo.Emilie lo escuchó en silencio solo movió ligeramente la cabeza asintiendo, recostó su cabeza sobre su pecho, Massimo la confundía terriblemente, un día parecía amarla y al otro odiarla, un hombre como él podría volver loca a l