El día previo a la boda se disolvió en una bruma de formalidades asfixiantes. La mansión Davenport, engalanada con seda blanca y arreglos florales que olían a gardenias y dinero antiguo, se sentía menos como un hogar y más como un escenario operístico preparado para el acto final.
La Cena de Ensayo se celebró en el comedor principal. No fue un evento íntimo. Thomas había convocado a sus socios más cercanos, a los "capos" de la industria y a los políticos que tenía en el bolsillo. Quería testigos. Quería que la élite de la ciudad viera cómo cerraba el trato más importante de su vida personal.
Chloe estaba sentada a su derecha, vestida con un diseño de cóctel color marfil que dejaba su espalda al descubierto. Sentía el aire acondicionado de la sala lamer su piel, un frío que no lograba apaciguar el calor febril de sus nervios.
Comió sin saborear. Sonrió sin sentir. Cada vez que alguien levantaba una copa para brindar por la "feliz pareja", Chloe sentía que estaban brindando por su ejecu