El corazón de Chloe golpeaba su pecho con tanta intensidad que por un momento temió que fuera a delatarla. Brendan no la soltó, sus manos se aferraron a su cintura como si estuviera listo para evitar que ella intentara alejarse.
Pero incluso ante la posibilidad de ser descubierta, teniendo todo su plan al borde del abismo, había una fuerza dentro de Chloe que la empujaba a no resistirse. Cada caricia, cada beso, la arrastraba más profundo en un mar de deseo al que no podía enfrentarse.
Mucho menos cuando Brendan deslizó sus labios por su cuello nuevamente, dejando besos húmedos y ardientes que quemaban como fuego sobre su piel. Chloe cerró los ojos, abandonándose a esa sensación.
La adrenalina se volvió una droga deslizándose bajo su piel, despertando sensaciones tan adictivas como peligrosas. Brendan metió su mano dentro de las bragas de Chloe, estimulando su centro húmedo y sensible. Y en ese momento, ella supo que estaba perdida.
Chloe dejó escapar un gemido y Brendan gruñó