De regreso en la mansión, Thomas llevó a Chloe hacia su estudio privado, con la excusa de un trago. El ambiente estaba impregnado de madera oscura, cuero y un silencio espeso. Ella sabía que Thomas no era más que un depredador atrapando a su presa en su territorio.

Chloe le dió un trago al costoso whiskey, buscando que le facilitara relajarse, pero la cercanía de Thomas despertaba en ella un instinto de alerta como si estuviera en constante amenaza.

Thomas acariciaba su brazo desnudo mientras su boca descendía lentamente desde la comisura de sus labios hacia su cuello. Cada roce era una invasión disfrazada de delicadeza.

Ella fingió calma, aunque cada músculo de su cuerpo parecía traicionarla. Su respiración era un hilo contenido y en su mirada brillaba la tensión de un animal acorralado. Su mente buscaba una excusa para huir de la situación, cuando la puerta se abrió repentinamente.

Thomas frunció el ceño por un instante casi imperceptible, ocultando la molestia que aquella i