—Ese vestido me estaba volviendo loco —murmuró contra su boca, su voz ronca de deseo—. Ahora quiero verte sin el…
Brendan no le dió tiempo de responder. De un movimiento lento, casi reverente, deshizo el nudo de la bata y la dejó deslizarse hasta el suelo. El aire de la habitación estaba cargado con un deseo contenido. La mirada de Brendan sobre ella ardía con intensidad y Chloe podía sentir su corazón latiendo contra sus costillas.
Las manos de él se deslizaron por su cintura, atrayéndola hacia su cuerpo, dejando una sensación ardiente sobre su piel desnuda. Cuando sus bocas se encontraron de nuevo, el beso fue urgente y hambriento, cargado de un deseo que no podía ser contenido, haciendo que todo lo demás desapareciera. Brendan hundió su lengua en la boca de Chloe para probar su dulce sabor. Ella respondió al beso con una urgencia que la sorprendió a sí misma, como si todas las veces que se había negado se derrumbaran de golpe.
De un movimiento, Brendan la levantó entre sus brazos h