Adrián
El aire se había vuelto pesado, casi sofocante. Podía sentir cada latido de mi corazón como un tambor en mi pecho, martillando el miedo y la urgencia. La sombra que nos había atacado era más poderosa que cualquier cosa que hubiéramos enfrentado hasta ahora. Un verdadero mal antiguo, listo para aniquilarlo todo. No era simplemente un ser vivo, sino un fragmento de una época perdida, una fuerza bruta vinculada a la tierra, a la magia primordial.
Nunca había creído en las leyendas, en los mitos que nos contaban en las viejas historias de vampiros y criaturas ancestrales. Pero ese monstruo... no era de este mundo. Y sabía que, a todas luces, no se detendría hasta no haber destruido todo lo que éramos.
Sasha, en cambio, estaba más tranquila de lo que debería. Pero conocía esa expresión en sus ojos. Era la misma que cuando enfrentaba una amenaza que no podía comprender. Luchaba, no contra el enemigo, sino contra sí misma. Sus poderes eran poderosos, sí, pero ella lo sabía mejor que n